Madrid, 15 de junio.

Vivo un cuento de hadas, dice emocionada Marie-José, tras recibir el resultado de una prueba de ADN, la cual confirma que, tras 44 años de una búsqueda desesperada, encontró a su bebé robado en España.

El hijo de la profesora residente en Francia vive en la ciudad española de Valencia, donde nació y fue adoptado.

Marie-José y su hijo son parte de miles de familias víctimas del escándalo de los bebés robados del franquismo, que estalló a finales de 2010 con las primera denuncias y que podría afectar hasta a 300 mil personas, según las asociaciones de defensa.

Mediante un decreto de 1940, la dictadura de Francisco Franco (1939-1975) podía quitar los niños a las madres y ponerlos bajo tutela del régimen, si se consideraba que su educación moral corría peligro; en la práctica, si eran hijos de militantes de izquierda o nacidos fuera del matrimonio.

Los grupos de víctimas afirman que el tráfico continuó, con la venta de bebés tras la muerte de Franco, hasta que una ley de 1987 reguló la adopción, especialmente en clínicas gestionadas por instituciones católicas que hacían creer a los padres que sus hijos habían muerto al nacer.

Pocas familias han podido encontrar a sus hijos robados en España. En total, hay una docena de ellas, que se sepa, dice Soledad Luque, representante de la Coordinadora X24, que agrupa a la mayoría de asociaciones de defensa. De las 3 mil denuncias presentadas, sólo 900 están siendo instruidas, precisa.