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Copa Confederaciones, Brasil 2013

La Roja monopolizó el control del balón e impidió a los sudamericanos desarrollar su juego

España utilizó poco sudor y mucho futbol para superar a Uruguay

Los campeones del mundo mostraron conformismo en la segunda parte y dejaron crecer a sus rivales

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En el minuto 88, Luis Suárez cobró un tiro libre que no pudo atajar Iker Casillas. Casi al final del partido Uruguay estuvo cerca de marcar el empateFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Lunes 17 de junio de 2013, p. 3

Recife, 16 de junio.

Poco sudor necesitó España para dar un espléndido juego, bien administrado el talento y el esfuerzo, y vencer a Uruguay (2-1) en su debut en la Copa Confederaciones de Brasil.

Con apenas nada del vertiginoso tiki taka, pero sí con mucho dominio del balón y toques sin precipitarse, La Roja tuvo el control de un juego que durante el primer tiempo fue muy animado y que en el segundo se volvió como un paseo dominical.

Pedro Rodríguez, a los 20, y Roberto Soldado, a los 32, fueron los autores de los goles españoles en una húmeda y calurosa noche en el Arena Pernambuco de la ciudad de Recife. Luis Suárez maquilló el resultado con un tiro libre a los 88.

Aunque Uruguay no pudo avanzar de la media cancha, porque los españoles frenaban cualquier intento y recuperaban el balón para devolver el ataque, los charrúas mostraron orgullo y al final del partido se acercaron en el marcador por un gol hermoso en una jugada a balón parado que disparó Luis Suárez, tres minutos antes de terminar el partido.

Los jugadores de la campeona del mundo dieron bueno visos de su categoría y bastó un error de los uruguayos para que tomaran ventaja a los 20 minutos, cuando Pedro descargó un tiro rumbo al arco, pero que desvió con muy mala fortuna a Diego Lugano, lo que provocó la confusión del arquero Fernando Muslera para provocar la primera anotación para España. Y 11 minutos después Fábregas orquestó una gran jugada, en donde amagó a la defensa uruguaya de un tiro que parecía obvio, pero que resolvió con un estupendo pase a Soldado, que entraba al área y concluyó con una derecha furiosa para aumentar a dos goles la ventaja.

Fue un monólogo de España desde el inicio del juego. Una diferencia gigante entre lo hecho por uno y otro equipo. El campeón del mundo monopolizó el control del balón, 78 a 22 por ciento, sólo en el primer tiempo, sin permitirle a Uruguay hacerse de él, pese al despliegue de recuperadores naturales como Diego Pérez y Walter Gargano.

La única jugada de peligro para la portería de Casillas fue a los 29 minutos, cuando un tiro libre de Cristian Rodríguez fue a la cabeza de Cavani que no pudo conectar con la fuerza y precisión necesarias y el arquero Iker Casillas controló sin problemas.

Después de confirmar la superioridad ante una selección uruguaya que parecía por momentos insegura, se fueron al descanso.

En el regreso, el partido bajó de voltaje, pues los jugadores españoles empezaron a administrar el esfuerzo sólo enfocados en no perder la pelota, tocando como sólo ellos saben, pero sin la urgencia de generar ataques certeros. Paseaban un poco la pelota, mientras la escuadra charrúa hacía esfuerzos por salir de su campo.

El técnico Óscar Tabárez hizo tres modificaciones aunque sin poder cambiar el panorama desfavorable que se le presentaba. Álvaro González, Nicolás Lodeiro y Diego Forlán no pudieron hacer demasiado.

La superioridad de España no mermó, aunque pareció disminuir el ritmo impuesto en la primera mitad. Uruguay encontró algunos balones y pudo hilvanar algunas jugadas, pero ninguna que inquietara a Casillas, elegido para el arco por el seleccionador Vicente del Bosque en un claro gesto de apoyo a su capitán.

Y así se fue el partido, con España un tanto conformista en el segundo tiempo, porque el partido no se le podía escapar, y la angustia que suele llegar cuando los goles se merecen, pero no se convierten: Suárez conectó un tiro libre a los 88 minutos para hacerle sentir a Casillas que había un partido. Hubo un arreón más de Uruguay con un centro que Cavani no llegó a conectar frente al arco español.

Si ese gol entraba, la injusticia habría tomado la noche de Recife.