Sao Paulo, 17 de junio.

Mientras el ministro brasileño de Deportes, Aldo Rebelo, advirtió este lunes que el gobierno no tolerará manifestaciones que perturben la realización de la Copa Confederaciones, inaugurada el fin de semana en medio de protestas, Joseph Blatter, presidente de la FIFA, echó más leña al fuego al comentar que el futbol es más fuerte que la insatisfacción de estas personas.

En opinión del suizo, las protestas populares en contra de la Confederaciones y del Mundial de 2014, así como las que se realizan por el aumento de la tarifa del transporte público, se acabarían en cuanto la pelota comenzara a rodar, lo que hasta ahora no ha sucedido.

Este lunes, más de 100 mil personas salieron a las calles de las principales ciudades del país para protestar contra los multimillonarios gastos de los certámenes deportivos y el aumento del precio del transporte público.

En Sao Paulo, Río de Janeiro, Brasilia, Fortaleza, Salvador y otras urbes, los manifestantes, convocados en las redes sociales y sin liderazgo político o social definido, reclamaban pacíficamente más inversiones en transporte, en salud y en educación.

Un despacho de la agencia Dpa reportó que más de seis mil manifestantes que participaban en una protesta en el centro de Río de Janeiro avanzaron a la sede de la Asamblea General donde arrojaron cócteles molotov y se enfrentaron a la policía militarizada, que respondió con bombas lacrimógenas.

La marcha, que durante cuatro horas se realizó de forma pacífica, tuvo un principio de confusión cuando un grupo de punks incendió una bandera de Brasil y fue recriminado por los propios manifestantes.

Estas son las mayores manifestaciones en 21 años en el país –donde la población no acostumbra salir a la calle a expresar su descontento–, desde las movilizaciones de 1992 contra el gobierno de Fernando Collor de Melo.

No permitiremos que ninguna de esas manifestaciones perturbe los eventos que nos comprometimos a realizar (Confederaciones y Mundial). Quien crea que puede impedir su realización, enfrentará la determinación del gobierno, advirtió Rebelo.

Blatter reveló que ya conversó sobre el asunto con la presidenta Dilma Rousseff y el ministro Rebelo, y les dijo que la FIFA tiene total confianza en ellos.

Expresó que los manifestantes están aprovechando la plataforma del futbol y la presencia de la prensa internacional para dejar claros ciertos reclamos.