El presidente del Banco Mundial instó a la institución a luchar contra el miedo al riesgo
El país hizo mucho para redistribuir réditos del crecimiento, pero subsisten desigualdades, dice
Domingo 30 de junio de 2013, p. 26
Washington, 29 de junio.
Ningún país está libre de manifestaciones sociales como las registradas en Brasil o en Turquía, advirtió el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, en una entrevista exclusiva con la agencia de noticias Afp, en la que analizó las protestas en Río de Janeiro y Estambul e instó a la institución a luchar contra el miedo al riesgo
.
Kim, un médico y académico que asumió como jefe del Banco Mundial hace un año, sigue de cerca las manifestaciones masivas en los grandes países emergentes que impulsaron en gran medida el crecimiento mundial en los últimos años.
Ningún país está libre de este tipo de movimientos ciudadanos que se movilizan para pedir más
, aseguró el dirigente de 53 años, desde los antiguos salones de baile del Banco Mundial en Washington, reconvertidos en el centro de operaciones de la institución.
Según Kim, Brasil definitivamente hizo mucho
para redistribuir los réditos del crecimiento pero aún subsisten muchas desigualdades
.
En tanto, Kim rechazó que los grandes países emergentes se encuentren al final de un ciclo de expansión, luego que éstos impulsaran en gran medida el crecimiento mundial, pese a que China haya registrado indicios de una desaceleración de su economía. Habrá altos y bajos, pero es importante no reaccionar desmesuradamente
ante estas fluctuaciones, aseguró Kim, quien nació en Corea del Sur pero emigró a Estados Unidos a los cinco años.
El jefe del Banco Mundial también se refirió al proyecto de erradicar la pobreza extrema antes de 2030.
Todavía hay mil 200 millones de personas que viven con menos de 1.25 dólares por día y eso es una mancha en nuestra conciencia colectiva
, afirmó.
Kim dice que no teme crear grandes expectativas, ya que argumenta que se debe tener grandes expectativas y que ningún país puede quedar atrás en esta lucha contra la pobreza, especialmente Mali y otros países en el cinturón africano del Sahel.
Estos objetivos nos colocan ante un urgente imperativo que no habíamos enfrentado antes
, afirmó y agregó que cada país debe reflexionar sobre los métodos para impulsar su economía.
Pero otra limitación se asoma: el Banco Mundial recientemente alertó sobre los estragos causados por el calentamiento climático y debe de ahora en adelante buscar las fórmulas de un crecimiento económico sostenido sin que haya un incremento mayor de las emisiones de carbono.
Hay pistas, asegura, enumerando sobre todo las pequeñas plantas eólicas o solares en África. El desarrollo de la agricultura debe también ser promovido porque se trata, según Kim, de la única actividad que permite devolver el carbono a la atmósfera
.
Pero Kim quiere ser realista. Será imposible pasar ahora mismo a un mundo sin energías fósiles
, afirmó. Un punto importante en la agenda de Kim es la discusión sobre el peso de los países emergentes dentro del Banco Mundial, que dice que tendrá lugar en algunos años
.
Los debate serán acalorados
, predijo Kim, aunque prefirió no especular al respecto.
De manera más discreta, Jim Yong Kim también lanzó una reflexión pasillos adentro con el objetivo de erradicar la cultura del miedo
que, según él, reina en el seno del Banco Mundial.
Según su diagnóstico, algunos de los cerca de 10 mil empleados de la institución se verán frenados por una aversión extrema al riesgo
, que limitaría sus acciones y la toma de iniciativas.
El desarrollo es un negocio riesgoso
, exclama Kim. Por eso el dirigente quiere cambiar de una cultura de miedo al fracaso a una en la que intentemos todo por obtener resultados
.
Sabremos que tomaremos riesgos y que habrán fracasos, pero eso está bien siempre que aprendamos de ellos
, concluyó.