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Deben y pueden defender sus derechos de autor, dice la cineasta y dirigente Marcela Fernández

Por miedo, los jóvenes escritores no se acercan a los sindicatos

Es necesario seguir con la lucha de quienes iniciaron este proceso hace décadas, expresó durante el segundo Encuentro Iberoamericano de Escritores Cinematográficos en el CCT

 
Periódico La Jornada
Domingo 30 de junio de 2013, p. 7

Los jóvenes escritores pueden y deben acercarse a los sindicatos para defender sus derechos de autor y seguir con la lucha de quienes iniciaron este proceso, hace décadas, expresó ayer Marcela Fernández Violante, secretaria general de la sección de autores y adaptadores del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica de la República Mexicana (STPC).

Fernández Violante participó en la mesa Condiciones para la escritura cinematográfica, promoción y venta de guiones en Iberoamérica, dentro del Segundo Encuentro Iberoamericano de Escritores Cinematográficos, que se efectuó en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco de la UNAM.

“Soy egresada del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), pero por azares del destino acabé siendo dirigente sindical, de un organismo que se divide en cinco áreas: que son los actores de la Asociación Nacional de Actores (ANDA), directores, escritores, filarmónicos, sonidistas, escenógrafos, fotógrafos, etcétera. De acuerdo con la Ley Federal del Trabajo, quien se sindicaliza es un trabajador, y nosotros lo somos. Esto da una gran ventaja, porque la organización como gremio de un grupo creativo tiene muchas más posibilidades de defenderse.

Todos quieren hacer películas

En el sindicato tenemos contratos específicos y quien no pague a un escritor tenemos abogados que pueden demandar. Hay tres estímulos en este país para poder levantar una película, y un productor puede poner en el contrato que pagará si consigue el financiamiento, o bien pagar el primer día del rodaje, pero cuando pierden el estímulo o no fueron candidatos... cada vez hay más solicitantes de estímulos en este país, donde todos quieren hacer películas y ser directores. Con 145 proyectos en un fideicomiso y sólo hay dinero para 12 o 14 películas; o 140 y tantos para otro fideicomiso, y El Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (Foprocine) igual. No alcanza. Resulta que alguien le pide a un escritor un guión, por encargo, por ejemplo, y un productor dice que es propietario de ese guión, y pone durante meses a trabajar la historia, pero no pagan nada.

Abusos como el citado, agregó Fernández Violante, ocurren porque se han reducido los beneficios sociales en México, en parte por los errores de los dirigentes, algunos de los cuales ya están en el tambo, y otros porque los ha corrompido el Estado.

La desconfianza hacia los sindicatos se debe, precisó, “a que el neoliberalismo cada vez avanza más. Advierten que quien se acerca a los gremios le puede pasar lo que a Elba Esther Gordillo, quien ya está en el tambo, pero los escritores de cine tienen una visión del mundo, del país y de la realidad, y no se acercan porque para muchos es una vergüenza ser sindicalista.

Gestión colectiva

No obstante, hoy tenemos contrato colectivo de trabajo con la asociación de productores. Esto también obliga a los trabajadores, como son los actores o el sonidista, a no dejar botado el trabajo. Foprocine surgió de que marchamos y exigimos. Ahora, Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) se siente dueño de todas las películas. No. La parte creativa del cine tiene sus asegunes. Yo debo decir que gracias a que entré en los sindicatos me enteré de la historia del cine en México. Yo quise ser una gran directora, que no lo haya logrado, bueno, esos son otros menesteres, y la capacidad de soñar la tuve siempre. Nosotros buscamos crear nuestra sociedad de gestión colectiva, porque la Sociedad General de Escritores de México (Sogem privilegió a los actores de televisión y no a los de cine, que fueron los fundadores reales de la Sogem junto con los de teatro y literatura. Con orgullo platico que ya nació nuestra sociedad autoral, para que no sólo cobremos la parte autoral.

México, destacó, es el único país en Latinoamérica que tiene un sindicato de escritores reconocido por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. “Esto lo copiaron los dirigentes de los años 40 a los gringos.

Otra tragedia nacional es que muchos directores de cine jóvenes no han podido hacer su segundo largo tras unos diez años. Hay casos de debut y despedida. Ahora bien, lo claro es que sin guión no hay película. Nuestra siguiente batalla será por el espacio en las salas para el cine mexicano. Vamos a ir a las calles para que cambien los privilegios del duopolio Cinépolis-Cinemex.