Lleva a escucharlos y evaluar si tienen derecho a libertad condicional, dice el realizador
Martes 2 de julio de 2013, p. 9
Clorado, 1º de julio.
A los 15 años, Jacob Ind tuvo la idea de matar a su madre y a su padrastro; se la dio un amigo que llegó un día a su casa en Colorado, oeste de Estados Unidos, y le comentó que su madre era una puta
.
Torey Adamcik y Brian Draper tenían 16 años cuando se inspiraron en la película de terror de Wes Craven, Scream, para apuñalar y matar a su compañera de la escuela secundaria en un pequeño pueblo de Idaho en 2006.
Ind, Adamcik y Draper cumplen cadena perpetua sin libertad condicional en prisiones de Estados Unidos. El cineasta Joshua Rofe quiso contar sus historias, y la de otros delincuentes juveniles estadunidenses, en la película Lost for Life, estrenada en el reciente festival de documentales del Instituto Estadunidense de Cine (AFI, por sus siglas en inglés) Docs 2013.
Pese a dictamen de 2012
La Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos dictaminó en junio de 2012 que sentenciar a cadena perpetua sin libertad condicional a un menor condenado por asesinato –instaurada por ley en 29 estados en ese momento– era una forma de castigo cruel e inusual
, prohibido por la Constitución del país.
Sin embargo, afirmó que los jueces pueden imponer esa pena, la más dura posible, a los menores de 18 años. Unos 2 mil 570 cumplen sentencias así, de acuerdo con la Unión Americana de Libertades Civiles.
Estados Unidos es el único en el mundo en imponer penas de cadena perpetua sin libertad condicional a los menores
, según un informe del año pasado de la ONG Sentencing Project.
Según esa investigación, la mayoría de los menores condenados a cadena perpetua habían sido testigos de violencia en sus hogares y habían sido suspendidos o expulsados de la escuela en algún momento. Por otra parte, 80 por ciento de las mujeres condenadas a cadena perpetua había sido víctima de abuso sexual.
Lost for Life lleva a los espectadores a algunas de las cárceles más duras de Estados Unidos para escuchar a Ind, Adamcik, Draper y otros relatar los crímenes que cometieron y evaluar si deben al menos tener derecho a solicitar la libertad condicional.
Quise que la gente tuviera la experiencia que viví cuando escuché por primera vez sobre los menores que cumplen cadena perpetua sin libertad condicional
, dijo Rofe en una entrevista telefónica.
Señaló que algunos de los presos que conoció mostraron signos genuinos de arrepentimiento. Otros se negaron a reconocer su responsabilidad por haber quitado la vida a otras personas.
Algunas personas cambian. Otras no
, dijo Rofe, quien en 2005 dirigió una película independiente, Brooklyn Battery, sobre un joven condenado a tres años por matar accidentalmente a un compañero en una pelea.
Sin duda, hay personas que cometieron el asesinato cuando tenían 15 años que nunca van a caminar entre nosotros
, dijo.
Y sin duda hay personas que cometieron el asesinato cuando tenían 15 años que (...) después de 20 o 25 años (tras las rejas), merecen una oportunidad de comparecer ante una junta de libertad condicional
.
El menor condenado a cadena perpetua más antiguo que Rofe encontró ha estado preso desde 1953 por un asesinato que cometió cuando tenía 15.
¿Qué daño haría un hombre de 80 años si llegara a vivir los últimos años de su vida en la casa de su abogado, si es liberado?
, se preguntó el cineasta.
Familiares y defensores
Rofe, quien filmó partes de Lost for Life con un iPhone y consiguió financiamiento por medio del sitio web Kickstarter, entrevistó a defensores y familiares de los condenados antes de ingresar en las prisiones de máxima seguridad para conocerlos.
No iba (a la cárcel) con una lista de preguntas
, dijo.
Entraba a conectar con un ser humano y tener una conversación. Les hablaba de mí mismo, como ellos me hablaban de sí mismos
.
Con la difusión de Internet y la creciente disponibilidad de cámaras de video mejores y más baratas, Rofe cree que es una época dorada para el cine documental.