La dimisión, tras arresto de cura acusado de lavado de dinero
Martes 2 de julio de 2013, p. 22
Ciudad del Vaticano, 1º de julio.
El director general del Banco del Vaticano (IOR), Paolo Cipriani, y su adjunto, Massimo Tulli, presentaron su renuncia, la cual fue aceptada este lunes por el comité de vigilancia de la entidad y la comisión de cardenales, anunció el Vaticano.
Las dimisiones fueron presentadas en el mejor interés de la institución y el Vaticano
, se indicó en un comunicado, tres días después de que un prelado que trabajaba en el organismo, que gestiona los bienes inmobiliarios de Roma, fue detenido, acusado de lavar dinero.
Sus funciones serán asumidas de manera interina por el presidente del IOR (Instituto para las Obras de Religión), Ernst von Freyberg, se explicó en la nota.
El funcionamiento del IOR es objeto de una minuciosa investigación interna desde septiembre de 2010.
El papa Benedicto XVI y luego su sucesor, Francisco, decidieron poner orden en el IOR nombrando sucesivamente nuevos responsables e instaurando controles más estrictos en esa institución, tristemente célebre en Italia por su implicación en varios escándalos.
Jorge Mario Bergoglio ordenó el pasado 26 de junio crear una comisión especial para que le informe directamente sobre las actividades del controvertido Banco del Vaticano y algunos sectores católicos piden que sea convertido en un banco ético, sin ánimo de lucro y salga del sistema financiero.
El viernes pasado un prelado del Vaticano, Nunzio Scarano, de 61 años, fue detenido por la policía italiana por estar presuntamente involucrado en operaciones de lavado de dinero.
Según la fiscalía de Roma, Scarano, quien trabajaba para la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), organismo que gestiona los bienes inmobiliarios del Vaticano, donde era responsable de la contabilidad, tenía un rol relevante
en las operaciones de lavado.
El prelado, junto con un miembro de los servicios secretos italianos y un intermediario financiero, intentó introducir ilegalmente a Italia, sin lograrlo, unos 20 millones de euros, depositados en un banco suizo procedentes de un fraude fiscal, según la acusación.
A lo largo de los años diversos escándalos han manchado la reputación del IOR, ya que círculos criminales aprovecharon el anonimato o testaferros para blanquear sus fondos.
El más importante se produjo en 1982 con la quiebra del Banco Ambrosiano, escándalo bancario que implicaba a la Agencia Central de Inteligencia y a la logia masónica Propaganda 2 (P2).
En 1993 el caso Enimont, por sobornos a los partidos políticos italianos, también salpicó al IOR. Más recientemente el tribunal de Roma detectó casos de blanqueo de dinero por mafiosos.
El suizo René Brülhart, consejero de la Autoridad de Información Financiera (AIF), que supervisa al IOR, indicó que en 2012 se denunciaron seis transacciones sospechosas.
El Banco del Vaticano gestiona 19 mil cuentas pertenecientes en su mayoría al clero católico, es decir, unos 7 mil millones de euros, que incluyen tanto a personas de menor rango en la jerarquía vaticana como a obispos, cardenales y diplomáticos acreditados ante Roma y se ocupa también de las transferencias de dinero de las congregaciones religiosas.
Por otra parte, este lunes medios estadunidenses dieron a conocer que la arquidiócesis de Milwaukee difundió documentos relacionados con abusos sexuales. Según éstos, el ex arzobispo Timothy Dolan pidió y recibió autorización del Vaticano para transferir 57 millones de dólares de un fondo para cementerios a un fideicomiso, con el fin de garantizar una mejor protección
ante posibles reclamos legales.