Temporada de la obra Sueños y obsesiones en el Teatro de la Danza
La coreógrafa Vivian Cruz retoma las metáforas visuales
del escritor serbio Milorand Pavic
Sábado 6 de julio de 2013, p. 4
En el espacio íntimo de una habitación, de manera simultánea, cuatro mujeres se desprenden de los recuerdos y también de sus anhelos. Un universo femenino se desdobla en realidades diferentes y dispersas en Sueños y obsesiones, obra que el Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac) estrenó el pasado jueves en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque.
Mis pensamientos son como cuartos: algunos van al río y al cielo, otros al traspatio y al sótano. A veces, sobre todo de noche, no puedo salir de ahí, como si los cuartos estuvieran cerrados con llave, me siento encerrada, hasta que mis sueños me liberan
, es uno de los textos que se leen al inicio de la propuesta coreográfica de Vivian Cruz, para adentrar al espectador en los sueños de las cuatro bailarinas, quienes comparten una experiencia liberalizadora.
Juego sensorial para el espectador
Para crear las realidades simultáneas, los delirantes sueños y las obsesiones de las intérpretes (Dalel Bacre, Stéphanie Janaina, Karla Rosales e Irasema Sánchez), Vivian Cruz se inspiró en la obra del escritor serbio Milorand Pavic, autor de Segundo cuerpo y Diccionario Jázaro, donde la dualidad tiempo-espacio y diversas realidades rigen el discurso dramático.
Retomo de Milorand Pavic la cantidad de metáforas visuales que maneja en sus libros, al igual que los tiempo, los espacios y las diferentes realidades que describe en su obra
, explica a La Jornada la coreógrafa, quien propone al público una experiencia sensorial y dinámica.
A partir de un juego de realidades y multiplicidad de espacios y de percepción, la coreógrafa desarrolló Sueños y obsesiones, donde las bailarinas contribuyen con sus experiencias para conformar la sicología femenina que surge en un espacio tan íntimo, como es una habitación.
Las intérpretes en dos escenarios diferentes viven sus sueños: vuelan, bailan, leen, sufren, gritan, se peinan y desnudan como si estuvieran frente a un espejo.
“Al presentar una obra en dos escenarios –explica la coreógrafa–, donde las bailarinas narran sus sueños, queremos que el espectador se convierta en un ser activo, porque después de la primera parte se debe cambiar de lugar para ver la obra en un espacio diferente, pero con la misma música y audio. Sólo cambian las intérpretes y los espacios para percibir esos dos mundos”.
En esa larga jornada nocturna las bailarinas, en la intimidad de su habitación, comparten recuerdos, ideales, obsesiones. Transforman la vida con movimientos y adentran al espectador en un juego sensorial para cambiar también su mirada respecto de la danza.
Sueños y obsesiones fusiona danza con lenguaje teatral y lo ambienta con música y dispositivos sonoros. Los recursos visuales, auditivos y electrónicos son determinantes, así como la personalidad y experiencias de las intérpretes.
El público podrá apreciar dos propuestas diferentes a nivel dancístico: en un escenario la danza es más formal, con movimientos amplios y abstractos donde se recrean ilusiones ópticas, mientras en el segundo espacio se presenta un lenguaje teatral e íntimo.
La experiencia sensorial que propone la coreógrafa es dinámica y se apoya en metáforas visuales a partir del lenguaje dancístico contemporáneo y el teatro físico, que a su vez interactúa con elementos multimedia para que el espectador se vea inmerso en un espacio imaginario.
Sueños y obsesiones, que forma parte de la temporada Preceptos en cuerpos mentales del Ceprodac, se presenta hoy, a las 19 horas, y mañana domingo a las 18 horas en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque (Paseo de la Reforma y Campo Marte, atrás del Auditorio Nacional).