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A la Mitad del Foro

Las gallinas de arriba

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Enrique Peña Nieto durante su reunión con Warren Buffet y Bill Gates en Sun ValleyFoto Presidencia
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ientras el descendiente del apóstol de la democracia sueña con las glorias de Greta Garbo, el sucesor en transición del ganeral Jasso, el de la inmarcesible frase: A la legalona perdemos, mi general, parodia la oración de Pericles y sentencia: En la democracia unos ganan y otros pierden. Ah, la izquierda civilizada llama a las barricadas sin recordar que el 18 Brumario se repite como farsa. Elecciones en 14 estados y los tres partidos dominantes dan la voz de alerta: ¡Reencarnaron en caciques los mansos gobernadores del priato; murió post partum la democracia a manos de trogloditas vueltos del más allá!

No todos. Pudo haber habido victorias arrolladoras al amparo del signo que iluminó a Constantino. En Chihuahua se hizo el milagro y los votos dieron al PRI lo que es de César, de César Duarte, gobernador norteño de añejo cuño, priísta lego que olvidó la república laica y ofreció, consagró su persona, su familia y el estado de Chihuahua al Sagrado Corazón de Jesús y la Santísima Virgen. Nada de confundir las paridas con las preñadas. Ni jacobinos trasnochados ni reaccionarios de Pedro el Ermitaño. De rodillas, señores. En acto público religioso se consagró la tierra de Abraham González como rito propiciador de la jerarquía eclesiástica ahí presente. Y el 7 de julio el PRI ganó en Ciudad Juárez, frontera que lleva el nombre del Benemérito; y ganó Chihuahua la capital.

Y nada de trogloditas en la teocracia por venir, en la oligarquía donde se clasifica al pueblo llano de clase baja y las gallinas de arriba ejercen el voto diversificado. ¿Quién puede creer que el atildado Roberto Borge encarna el cacicazgo de intemperancia tropical? En Quintana Roo perdió el PRD, ganó el PRI. Hay que buscar en los libritos del debe y el haber. A fin de cuentas, se acabó la lucha de clases y nadie teme a la partidocracia de pacotilla. Por algo sería que en Puebla se impusieron los candidatos del gobernador Rafael Moreno Valle; panista, dicen. Ahijado que fuera de la maestra milagrosa encerrada en el hospitalillo de la cárcel. Posiblemente vecina del interno Granier, químico que fuera gobernador de Tabasco, formalmente preso, con alta presión y palpitaciones, pero estable, según los médicos al servicio del DF que gobierna Miguel Ángel Mancera. En Tabasco lo espera el juez de su causa a causa de los cargos presentados por el gobierno del perredista converso Arturo Núñez, rara avis que cree en el imperio de la ley.

El nieto del doctor Rafael Moreno Valle aprendió a dejar en manos de expertos el oficio de soltar los gallos en el palenque. En el amarre está el gane, dicen los galleros. Desde los de abajo hasta los caciques de veras como Gonzalo N. Santos, huasteco sobrevaluado por los niños bien de la tecnocracia moderna y antañona mochería. Al llegar la alternancia, antes del pacto que consistía en hacer política y no hacer como que hacían política, los del sistema plural de partidos ya se acogían a la sombra del árbol que da moras o vale para una chingada. Nada de carro completo poblano; ahí se gana bajo palio, tal como celebraron los notables, los de arriba, la entrada de las tropas de Napoleón el pequeño al servicio de Maximiliano.

Lo de Hidalgo es oficio, constante quehacer de una clase política. El hilo conductor de ese poder viene de tiempos anteriores a los del político de vocación y voluntad que fuera Javier Rojo Gómez. Años en que gobernaba Lázaro Cárdenas y hablar de política social era ocuparse de lo que se hacía, no de lo que se decía. Ya los vascos eran vascos y los Lugo habían fincado raíces. Hoy gobierna Hidalgo José Francisco Olvera. Y ganaron todas las diputaciones de mayoría en disputa. De Hidalgo son también el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong y el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, y ambos fueron gobernadores. Como en los palenques ganan porque son de raza ganadora. En el sexenio avilacamachista cuatro nativos de Hidalgo gobernaron cuatro entidades distintas de la Federación: Javier Rojo Gómez, regente del Departamento del DF; Noradino Rubio, Querétaro; Wenceslao Labra; estado de México, y en Hidalgo, José Lugo Guerrero 1941-1945 y Vicente Aguirre de 1945 a 1951.

A este último ya le tocaron cinco años de Miguel Alemán. Y mientras en Puebla declaran pueblo mágico a Tlatlauquitepec, los veracruzanos cantan décimas y bailan el alegre son que inesperadamente toca Javier Duarte. Tercera población en el padrón de votantes y el PRI se quedó con la quinta y los mangos. En Boca del Río se impusieron el estilo y los recursos, las buenas y malas mañas de Miguel Ángel Yunes, y Córdoba confirmó la tradición conservadora: ganó el PAN. El resto al cesto, desde Tuxpan hasta Orizaba, del puerto jarocho de tradición liberal hasta el circuito de Tlapacoyan, Martínez de la Torre, San Rafael, Nautla, Gutiérrez Zamora, Papantla y Poza Rica, para los del PRI; y mayoría en el Congreso local, mientras los admiradores de Ninochka seguían las huellas de Fidel Herrera Beltrán.

Un sistema plural de partidos en el que cuentan y pesan las individualidades. Una transición que hace efectiva la separación de poderes. Y los del Legislativo, dueños del poder de la bolsa, posponen la atención a la del gasto público, cuidan la del gasto que se asigna a cada fracción y la facultad de distribuirlo a placer. Inolvidable el espectáculo astracanesco de los panistas disputando los centavos y mostrando el cobre. El senador Ernesto Cordero goza los actos protocolarios a los que asiste en su calidad de presidente de la mesa directiva; admira a distancia la imagen de Felipe Calderón al lado de Aznar el exiguo, padrino y maestro del michoacano y de Mariano Rajoy, acusado de recibir fajos de billetes de 500 euros en cajas de puros: Ya tal, respondió el presidente de España a las preguntas sobre lo dicho por el tesorero de su partido.

El poder corrompe a quienes no lo tienen, dicen los del bando del signore Berlusconi. Pero en las transiciones sin fin la política se hace en río revuelto; en aguas turbias que arrastran todo y a todos. A ver quién explica el cauce y causa de gobiernos de coalición, como el de Guerrero, donde Ángel Aguirre, antiguo amarrador de los Figueroa, gobierna con el fierro de la izquierda en la frente, con el caos anarquizante como escudilla para peticiones en una mano, y en la otra una pandereta para alabar al gobierno federal que preside el PRI. ¿Ahí quién ganó? En Oaxaca volvió la capital a manos del partido de origen del gobernador de la coalición de todos contra el PRI: ganó el PRI. Gabino Cué es rehén de los mercenarios en el combate interminable de los marginados, de quienes agitan abajo y cobran arriba.

Total, del pasmo sietemesino en espera de las elecciones regionales del 7 de julio, al parto del Banco de México: La economía mexicana muestra una importante desaceleración. Bajo, muy bajo el gasto público del primer semestre. Redujeron el crecimiento del PIB previsto. Retiraron dinero de la circulación. Pero hay avisos de inversiones privadas extraordinarias, de capital extranjero y nacional. Luis Videgaray afirma que el gasto público programado se aplicó en su casi totalidad. El doctor Carstens diagnostica desaceleración. Dinero escaso y elevadas tasas de interés. Austeridad en el Jardín de las Delicias.

Queden las imágenes en la era de la instantaneidad como fetiche. Enrique Peña Nieto, Warren Buffet y Bill Gates sonrientes en Sun Valley Idaho. Enrique Peña Nieto y un migrante mexicano se estrechan la mano en el exterior. Un jardinero, trabajador de veras, con la manguera en una mano y en la otra la del Presidente de México.