Bagdad, 21 de julio.

Más de 70 personas murieron y 200 resultaron heridas durante el fin de semana en Irak tras una ola de violencia en esta capital y en varias partes del país contra objetivos chiítas.

En Tadji, 25 kilómetros al norte de Bagdad, dos artefactos explosivos estallaron cerca de una base militar lo que causó la muerte de tres personas y diez heridos.

En un barrio del sureste de la capital iraquí, la explosión de otra bomba en la entrada de una casa dejó dos muertos y cuatro heridos.

Cinco árabes que trabajaban en una unidad de peshmergas kurdos perdieron la vida cerca de un retén vial en la región de Zab, en el norte de Kirkuk. Y dos policías murieron en el centro de la localidad sunita de Mosul.

El sábado por la noche, una ola de atentados con diez coches bombas y un artefacto explosivo dejó al menos 60 muertos y 190 heridos en Bagdad, cuando las calles de la capital estaban llenas de gente tras un día de ayuno del Ramadán, el mes sagrado de los musulmanes.

En Madain, una localidad 20 kilómetros al sur de la capital, la explosión de otro artefacto mató a cinco personas.

Hasta el cierre de esta edición ningún grupo se atribuyó la autoría de los ataques, aunque las autoridades por lo general señalan como responsable al Estado Islámico de Irak, brazo de la red Al Qaeda.

Las acciones dinamiteras y ataques armados contra zonas chiítas en Bagdad y en el resto del país han experimentado un alza sustancial desde la segunda mitad del año pasado, en proporción directa con la agudización del conflicto entre el primer ministro chiíta Nuri Maliki y los ministros sunitas de su gabinete.

Estos ataques elevan a cerca de 540 el número de muertos en julio en todo el país y a más de 2 mil 800 el balance en lo que va de año.

Según la página de Internet, Iraqbodycount.org, el número de civiles muertos desde la invasión de Estados Unidos el 20 de marzo de 2003 hasta la fecha es de 124 mil.