Lunes 22 de julio de 2013, p. 26
Bruselas. Felipe I prestó ayer juramento como séptimo rey de Bélgica ante el Parlamento en esta ciudad, poco después de que su padre, Alberto II, firmó el acta de abdicación tras casi 20 años de reinado. Juro observar la Constitución y las leyes del pueblo belga, preservar la independencia nacional y la integridad del territorio
, dijo el nuevo monarca de 53 años en neerlandés, francés y alemán, las tres lenguas oficiales del país. En su primer discurso como rey, Felipe declaró que: la crisis afecta a muchas personas en este país. Quiero alentar a todos a que no se den por vencidos
. Agregó: La riqueza de nuestro país (...) está sobre todo en que hagamos una fortaleza de nuestras diferencias
. En Bélgica, el rey se considera un símbolo para la unidad del país, lastrada por las tensiones entre la comunidad flamenca, de habla neerlandesa, y la valona, francoparlante.