El retiro, amenaza a su nivel de vida
, dice 90% de investigadores: sondeo de FCCT
Temen perder seguro médico privado e incentivos económicos, los cuales pueden representar hasta 75% de su percepción anual
Un problema, el envejecimiento de la planta docente, alertan
Lunes 22 de julio de 2013, p. 36
La jubilación entre académicos de universidades y centros de investigación se ve detenida debido a la merma de ingresos que recibirían al decidirse por esa opción. En promedio, 90 por ciento de los miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) mayores de 60 años perciben el retiro como una amenaza a su nivel de vida
, sin embargo, consideran que si pudieran conservar los incentivos económicos que reciben a través del sistema y el seguro médico privado, muchos decidirían poner fin a su labor para dar paso a las nuevas generaciones.
Así lo revela un análisis realizado por el Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCT), que entrevistó a más de mil 200 miembros del SNI mayores de 60 años. Los resultados muestran que casi dos de cada cinco indicaron que su probabilidad de jubilarse aumentaría mucho si mantuvieran beneficios tangibles (seguro médico, espacio para trabajar, recursos para investigación o congresos u otros apoyos similares).
El envejecimiento de la planta académica y de investigación en el país es una problemática desde hace varios años, diversos estudios asienta que el promedio de edad a escala nacional es de poco más de 54 años. En la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), entre los académicos de tiempo completo el promedio es de 58 años, y en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de 56 años.
Esta situación ha generado cada año el cierre de espacios para miles de jóvenes egresados de doctorados, que no encuentran oportunidades de desarrollo. Cifras de la Academia Mexicana de Ciencias señalan que de un promedio de 3 mil doctores que egresan al año en el país, sólo mil consiguen empleo o la oportunidad para continuar sus trabajos de investigación.
En entrevista, Gabriela Dutrénit, coordinadora general del FCCT, sostuvo que se trata de un problema multifactorial para el que no puede haber una única solución. Cada año, dijo, México pierde generaciones de jóvenes egresados de los doctorados que no encuentra cabida en el sistema de investigación, por lo que las soluciones deben darse cuanto antes.
El FCCT envió una encuesta electrónica a los 3 mil 113 miembros del SNI mayores de 60 años con el fin de conocer sus perspectivas de jubilación. Mil 238 investigadores (40 por ciento) respondieron a este ejercicio –en el cual también se aplicaron grupos de enfoque–, de los cuales la tercera parte son mujeres, 40 por ciento tienen nivel I y el resto se divide en partes iguales entre los niveles II y III, y 60 por ciento trabaja en instituciones del Distrito Federal.
Las conclusiones generales de la investigación muestran que la decisión de jubilarse de manera voluntaria se ve afectada por la brecha en los ingresos, entre el posible monto de la pensión y el que actualmente mantienen como académicos activos (incluidos salario y prestaciones no salariales como estímulos y bonos). Mientras menor sea la proporción que representan los incentivos dentro del ingreso anual, más cercano es el periodo en que los investigadores prevén retirarse
.
Para la mayoría de los académicos del SIN, los estímulos representan la mayor parte de sus percepciones económicas. El estudio revela que únicamente para 23 por ciento de los entrevistados su salario y prestaciones –sin contar montos extra– representan más de 75 por ciento de su ingreso anual total, pero para casi la mitad no representan más de 50 por ciento.
Cuatro de cada cinco encuestados asigna mucha importancia a la pérdida de los ingresos mediante el SNI, de los cuales 34 por ciento prevé nunca retirarse o al menos no antes de 15 años; 90 por ciento considera de gran importancia la posible pérdida de ingresos al momento del retiro, debido a la diferencia entre el monto de jubilación esperada y su último ingreso; y para 80 por ciento son relevantes las pérdidas de seguro médico privado, espacio para investigar y fondos para investigación, entre otros.
La coordinadora del FCCT aseveró que se trata de un tema muy delicado
, que debe de ser solucionado no sólo mediante un programa nacional para mantener los beneficios del SNI y el seguro médico, sino que cada institución debe echar a andar sus propios modelos –algunas ya lo hacen–, para lo cual se necesitan recursos adicionales.
Informó que este análisis –que hace seis recomendaciones específicas– ya se entregó al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Entre los consejos que hace el FCCT destacan: “mantener el SNI después del retiro, compensar parcialmente mediante estímulos institucionales la pérdida de ingreso debido al diferencial con respecto de la jubilación, mantener el seguro médico privado, establecer opciones flexibles de retiro (contratos de trabajo parciales, asistencia a congresos, asesorías de tesis, etcétera), construcción de programas de retiro voluntario.