Se sustituye la prisión preventiva por cárcel domiciliaria
Lunes 29 de julio de 2013, p. 7
El general de división Jesús Gutiérrez Rebollo, de 78 años de edad, abandonará en unos días el Hospital Central Militar del Distrito Federal, donde se encuentra internado desde abril de 2011, para ser trasladado a una casa de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ubicada a unas calles del nosocomio.
Lo anterior, en cumplimiento a la resolución de un tribunal unitario de circuito de Nayarit, que el 17 de junio pasado ordenó sustituir la prisión preventiva por cárcel domiciliaria, básicamente por motivos de salud, debido a que padece cáncer terminal, diabetes y problemas cardiorrespiratorios, según consta en el fallo judicial al que tuvo acceso La Jornada.
‘‘Mi general fue condenado a una pena de prisión, pero no fue condenado a morirse, y la cárcel lo estaba matando’’, sostuvo este domingo el penalista Javier Marván, quien desde el año 2009 coordina al equipo de abogados que defiende al militar acusado de proteger al capo de la droga Amado Carrillo Fuentes.
Sin embargo, esa resolución es apenas una parte de los objetivos centrales que persiguen los abogados del divisionario, entre ellos el penalista César Gutiérrez Priego, uno de los 11 hijos del militar, quien en mayo de 2012, durante una entrevista con la periodista Carmen Aristegui acusó al también general Tomás Ángeles Dauahare de ‘‘atemorizar’’ a la familia Gutiérrez Rebollo dentro del proceso judicial contra su padre.
Durante una larga charla con este diario, ambos abogados hablaron sobre los retos jurídicos que deberán sortear en los próximos meses. El más próximo es la etapa de conclusiones en el proceso que aún enfrenta el general por los delitos de acopio y tráfico ilegal de armas y ejercicio indebido del servicio público.
Marván y Gutiérrez pidieron al titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Jesús Murillo Karam, que se aleje de cualquier ‘‘presión política’’, a fin de que entregue al juzgado de la causa conclusiones no inculpatorias.
Los penalistas indicaron que el arsenal encontrado en enero de 1997 en las oficinas que pertenecían al Instituto Nacional de Combate a las Drogas (INCD) procedía de un almacén de la Secretaría de la Defensa Nacional, y su traslado ahí fue autorizado por el general de división Enrique Cervantes Aguirre, ex titular de la dependencia.
El hijo de Gutiérrez Rebollo y el penalista Marván añadieron que en el tema de la sentencia a 40 años de prisión por delincuencia organizada, están preparando un recurso poco utilizado en México: un incidente de reconocimiento de inocencia, que tramitarán en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), debido a que ya agotaron el recurso de amparo directo por temas de constitucionalidad.
‘‘La sentencia por delincuencia organizada está sustentada en una incorrecta apreciación de las pruebas. El único testigo que hizo imputaciones a mi papá, quien fuera su chofer (Juan Galván), se retractó de sus dichos después de haber dado tres declaraciones diversas y contradictorias. Quedó acreditado que sus declaraciones se derivaron de presiones a su familia’’, expuso .
Una y otra vez, el abogado aseguró que no tiene la menor duda de que su padre fue víctima de una ‘‘conspiración’’ encabezada por Cervantes Aguirre. Añadió que no han sido pocas las veces en que Gutiérrez Rebollo se ha referido a Cervantes Aguirre con el calificativo de ‘‘traidor y artífice de una telenovela que tanto daño ha hecho a la imagen del Ejército Mexicano’’.
Resaltó: ‘‘Le voy a dar una primicia. Una vez que demostremos la inocencia de mi padre, vamos a demandar (ante los tribunales civiles de Estados Unidos) a los productores de la película Traffic, porque utilizaron la imagen de mi papá y lo tacharon de protector de narcotraficantes, sin más sustento que el dicho de un testigo que ya se retractó’’.