Diego Maradona abrió el camino al tratarse en Cuba su adicción a las drogas en 2000. Después del astro del futbol argentino, otras celebridades y miles de extranjeros eligieron la isla para hacer turismo de salud, un negocio que las autoridades buscan impulsar.

Desintoxicaciones, rehabilitaciones motrices, terapias para retinosis pigmentaria, tratamientos para pie diabético y cirugías plásticas figuran entre los servicios que Cuba ofrece a precios competitivos.

La atención médica aquí es excelente, tanto por la calidad de los médicos como de las instalaciones, aseguró Carlos Armando Montaña, venezolano de 24 años que recibirá una prótesis en su ojo izquierdo, que perdió por fuegos artificiales.

La venta de servicios médicos a otros países es la mayor fuente de ingresos de Cuba, con 6 mil millones de dólares al año, pero el turismo de salud aún no reporta cifras significativas, aunque tiene un gran potencial, dijo un funcionario del sector.

Este potencial se basa en los avances de la medicina cubana, avalados por índices de salud reconocidos internacionalmente y logros científicos, destaca en su sitio web la empresa Servimed, que comercializa los servicios médicos cubanos.

Cuba, que recibió a 2.8 millones de turistas en 2012, no divulga sus estadísticas de turismo médico, que comenzó a explotar tímidamente hace años, pero que recién en 2011 decidió priorizar para captar más divisas, en el marco de las reformas económicas del presidente Raúl Castro.

Un médico por cada 148 habitantes

El país apoya esta oferta en una red de hospitales e institutos especializados, como el Centro de Retinosis Pigmentaria –donde se atiende Montaña–, que brinda una terapia exclusiva para frenar esa enfermedad que conduce a la ceguera. La isla también ofrece tratamientos con Heberprot-P, fármaco único para pie diabético.

Cuba tiene los mejores doctores del mundo, dijo Maradona, amigo de Fidel Castro, tras tratarse su adicción a las drogas en 2000.

Además del ex futbolista, se han atendido en la isla varios presidentes africanos y latinoamericanos, como el venezolano Hugo Chávez, fallecido en marzo, y el ecuatoriano Rafael Correa.

En la Clínica Central Cira García de La Habana, reservada a extranjeros, la cirugía para aumentar el tamaño de las mamas vale mil 248 dólares, mientras en Estados Unidos cuesta 6 mil dólares, en Gran Bretaña 4 mil 350 y en México 2 mil 500, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

En esta clínica se atienden todas las especialidades quirúrgicas, algunas con personal médico propio, mientras para otras nos nutrimos de profesionales de otros hospitales, explicó su vicedirectora, María Antonieta González.

Cuba tiene la mayor proporción de médicos por habitantes, según la Organización Mundial de la Salud: uno por cada 148.

Lo que encarece los tratamientos no son los honorarios de los médicos (que son empleados públicos), sino la compra de insumos que no se pueden adquirir en Estados Unidos a precios convenientes debido al embargo vigente desde 1962, según González.

En el centro médico Cira García se internan cada año unos 2 mil pacientes de 84 países, principalmente de América Latina, Angola, Canadá, España y Estados Unidos (fundamentalmente de origen cubano).

Otros hospitales de La Habana –como el Hermanos Ameijeiras y el González Coro– han abierto salas internacionales y también hay hoteles reservados a pacientes extranjeros: El Viejo y el Mar, Tritón y Neptuno.

Varios institutos especializados también reciben pacientes foráneos, como el Centro Internacional de Restauración Neurológica (Ciren), y el Complejo Científico Ortopédico Internacional Frank País.

Casi todos los pacientes que vienen de mi país llegan al Ciren, principalmente a rehabilitación por daño neurológico. Se van contentos, porque el tratamiento intensivo que reciben mejora su calidad de vida, aunque no los sana, dijo un cónsul del Cono Sur.

Además de los pacientes que pagan, miles de venezolanos se atienden gratis en Cuba por un convenio firmado en 2000 por Fidel Castro y Hugo Chávez, mediante el cual Caracas asume los gastos. Hay 43 centros de salud que atienden venezolanos.

Cruz Ramos sólo podía mover los ojos cuando llegó hace unos meses desde Venezuela, tras sufrir un accidente.

He mejorado muchísimo, ya muevo los brazos, tengo movimiento en las piernas, me hago casi todo solo, dijo a periodistas, sentado en una silla de ruedas.