Entrampados en reyertas luego de perder la Presidencia, los panistas definirán este sábado las reglas de la sucesión en la dirigencia nacional. Faltan más de cinco meses para el relevo; sin embargo, las corrientes ya están en la pugna con una guerra de encuestas y negociaciones de último momento para sacar provecho de la votación directa, el nuevo método de elección de sus líderes.

Desde ahora, los grupos ya barajan nombres para ocupar la presidencia del Partido Acción Nacional (PAN). Por los calderonistas, Ernesto Cordero se apuntó en la contienda con el argumento de ser el más popular, según sus sondeos de opinión. Enfrente, los maderistas promueven al actual presidente del partido, Gustavo Madero, quien presume haberse hecho de la mayor parte de la estructura partidista.

Mientras del lado de la Y, como llaman al grupo del Yunque, se perfilan como precandidatos Juan Manuel Oliva y Héctor Larios, entre otros.

Madero concluye su gestión en diciembre, pero como no alcanza el tiempo para organizar una elección directa en ese lapso, se prevé postergarla a febrero.

La historia

Relegados a un tercer lugar en las elecciones presidenciales con la candidatura de Josefina Vázquez Mota, los panistas dedicaron varios meses a echarse en cara unos y otros las culpas de la derrota. Al final optaron por efectuar una asamblea para transformarse, pero no en la fecha que deseaba el presidente Felipe Calderón, sino hasta el 16 de marzo, cuando éste ya había dejado el poder.

Aquel sábado, el senador Javier Corral subió a la tribuna de la Arena Ciudad de México y propuso la elección directa de los dirigentes nacional, estatales y municipales. En el graderío se escuchó una ovación y luego dominaron las papeletas del sí.

Los militantes de a pie se rebelaron. Más de 70 años de elecciones en manos de los notables del blanquiazul quedarían atrás.

La algarabía acabó pronto. Minutos después se aprobó el artículo 28, en el que se mantiene la potestad del Consejo Nacional de elegir al CEN en abierta contradicción con lo votado antes. En ese momento ya dominaba el caos y los distintos grupos negociaron detrás del escenario declarar que no había quórum con más de 50 artículos por discutir.

Con una reforma estatutaria farragosa e inconclusa en las manos, las distintas corrientes dedicaron cuatro meses a negociar el llamado proyecto de armonización de los estatutos, el cual será sometido a votación este sábado.

A pesar de las minucias legales, los distintos grupos no pierden la mira en la dirigencia.

Si transita bien la asamblea nuestra carta es Cordero, comentan los corderistas, quienes aplicaron una encuesta entre militantes que, según ellos, ubica al senador en 34 por ciento de popularidad, seguido de Josefina Vázquez Mota con 24 por ciento (pero sin estructura partidista), después Gustavo Madero con 24 por ciento y al final Santiago Creel, 14 por ciento. Otros nombres, como los de Oliva, Corral, Gabriela Ruiz del Rincón y Gil Zuarth obtendrían entre 0.4 y 1.5 por ciento

Gustavo Madero tiene sus propios números y se siente en ventaja por contar con mayor número de dirigentes estatales de su lado. Los calderonistas reconocen este punto pero le restan importancia, porque las cúpulas cuentan menos frente a los 300 mil militantes.

Falta mucho tiempo para decidir, contesta Larios cuando se le pregunta si competirá.

Sin embargo, los seguidores del ex presidente Felipe Calderón ya previeron un escenario de segunda vuelta ante lo cerrada que podría ser la contienda. El artículo 42 indica esta posibilidad si ninguno de los candidatos obtiene la mayoría o 37 por ciento o más de los votos emitidos con una diferencia de cinco puntos porcentuales o más.

Fuentes corderistas confirmaron que en la reunión del cierre de filas del martes negociaron que la segunda vuelta se efectúe una o dos semanas después de la primera votación para dar tiempo a las negociaciones entre los grupos y al amarre de alianzas. A tono con esta versión, Madero confirmó ayer que habrá flexibilidad para este proceso.

Aunque Cordero no parece ser la única opción del calderonismo. En una reunión efectuada en la casa de Calderón este habría presentado una encuesta donde su esposa Margarita Zavala y Vázquez Mota eran las punteras, mientras Cordero quedaba muy abajo. Ahí concluyeron que no era conveniente lanzar ahora a Zavala y era mejor buscar una carta para negociar con el Yunque, pero sin mencionar nombres. Otros explicaron que se habló de Luis Felipe Bravo Mena, aunque sus bonos bajaron tras declarar que en el PAN había tribus salvajes.

Caras del antiguo panismo, varios de ellos ex gobernadores, conversaron el lunes y presentaron resultados de otro sondeo, el cual ubica en primer lugar al bajacaliforniano Ernesto Ruffo y en segundo al guanajuatense Carlos Medina Plascencia, confirmaron allegados a este bloque.

Los grupos más fuertes acusan al operador electoral Jorge Manzanera de apostar a que no haya quórum el sábado para mantener la elección en manos del Consejo Nacional y dar así la posibilidad de competir a Ruiz del Rincón, quien manejó las finanzas del partido. No le ven con posibilidades de ganar, pero sí de negociar con su postulación.

De hecho, Manzanera cuestiona en redes sociales el proyecto de armonización de la reforma, porque implica cambiar todo para seguir igual.

Aunque las principales expresiones acordaron impulsar el quórum no confían en que se cumpla el pacto y siguen las suspicacias dos días antes de la asamblea.