Chicago, Illinois, 8 de agosto.

Veinticinco mexicanos lograron que los cinco grandes hospitales con políticas antinmigrantes de Chicago se comprometieran a aceptar a algunos indocumentados en las listas de espera para trasplantes de órganos, luego de 11 días en huelga de hambre.

Diez enfermos serán evaluados sin importar su ciudadanía o estatus migratorio, aclararon directivos de los nosocomios de Northwestern, UIC y Christ. Por su parte, voceros de Rush y Loyola confirmaron que sus prioridades son salvar las vidas de todos los seres humanos, sin distinción.

José S. Landaverde, vocero de los pacientes, explica que estos hospitales han mentido y excluyen a los indocumentados cuando la prensa deja de difundir sus casos. Su estrategia es evaluar casos de pacientes latinos y decir que su estado de salud es débil y evitar así costosas operaciones. Si no cumplen su palabra, protestaremos igualmente, dijo el sacerdote anglicano, quien hace un año comenzó otra huelga de hambre que duró 21 días y logró que se atendiera el ya célebre caso de los hermanos Arroyo (urlm.in/rwoj).

El consulado mexicano en Chicago, acusado de despotismo, corrupción, insensibilidad y torpeza administrativa en temas sanitarios (urlm.in/rxvz - urlm.in/rxwc), brilló por su ausencia. No se conoce de ninguna negociación entre Carlos Jiménez Macías –o de alguno de sus subordinados– con los hospitales locales, a pesar de que afirmó que lo haría. #YoSoy132 se burla de que no puede cabildear porque no habla inglés y declara su primera gran derrota en esta ciudad.

Isidro Solís será el primer paciente en ser evaluado por el hospital de Northwestern. Mis seis niños no quedarán huérfanos, dijo.

Siete familiares de María Isabel Mariano entraron en huelga de hambre exigiendo poder donarle unos de sus órganos a la señora, de 57 años de edad.

Este sábado fue mi cumpleaños, no hubo pastel o regalos, habíamos siete Balbuena en huelga de hambre, mi suegra Isabel está en la última fase de su enfermedad, en pocos meses fallecerá si no hacemos nada, me hubiese gustado regalarle uno de mis órganos en mi cumpleaños pero el hospital no me dejó. Sus políticas son tan discriminatorias que si ella falleciera no podríamos donarle sus órganos a otro indocumentado, sino a un ciudadano legal que se beneficiaría del circulo de miseria de los sin papeles, lamentó Vanessa Jáuregui, de 29 años.

Los 10 pacientes llaman a los mexicanos indocumentados en Estados Unidos a migrar hacia la iglesia del reverendo Landaverde, quien después de seis años de vivir en Chicago se ha convertido en un ícono de la lucha por los derechos humanos, civiles y sociales. Esta iglesia es nuestro gobierno, son los únicos que nos dan soluciones, esperanza, resultados, dijo María Garnica.