Domingo 11 de agosto de 2013, p. 2
Los modelos de regulación para la mariguana que hay en el mundo se pueden dividir entre los de mercado abierto, como en Colorado o Washington, donde se permite su uso libre o recreativo, y aquellos en los que el consumo es controlado y sólo es legal para fines terapéuticos, como se hace, por ejemplo, en 19 entidades de Estados Unidos que han normado el uso de la cannabis, explicó Carlos Zamudio, del Colectivo por Una Política Integral hacia las Drogas.
En Holanda existen los coffee shops, donde se permite la compra y consumo de ciertas cantidades de mariguana. La zona gris está en cómo consiguen estos establecimientos la sustancia.
Hay localidades holandesas que solicitan a los coffee shops vender la mariguana sólo a residentes del lugar para evitar el turismo canábico
.
Otro modelo es el de los clubes sociales, desarrollado en el País Vasco y Cataluña. Uruguay, por su parte, combina la apertura de partes del mercado con la posibilidad de que los usuarios cultiven su propia mariguana o que se unan a clubes de cultivo colectivo, lo que evita que acudan al crimen organizado para conseguir la hierba.
Con estos modelos se ha hecho un esfuerzo por evitar que la sustancia salga al mercado y tenga contacto con los menores de edad. No hay anuncios y se impide que la mariguana sea vista como un objeto de deseo que lleve a más personas a consumirla.