Madrid. El futbol español, reflejo de la realidad política y social del país, radicalizó su apuesta por la austeridad y por segundo año consecutivo vendió más de lo que compró, lo que se traduce en que nadie puede competir con Real Madrid y Barcelona. Los clubes hispanos ingresaron en los recientes dos meses casi 400 millones de euros (cerca de 530 millones de dólares) por la venta de futbolistas, mientras los fichajes apenas superaron los 250 millones de euros (331 millones de dólares). Entre los equipos que se desprendieron de jugadores destacan: Atlético de Madrid (Radamel Falcao), Valencia (Roberto Soldado), Sevilla (Jesús Navas, Alvaro Negredo y Gary Medel) y Athletic de Bilbao (Fernando Llorente). En contraste, los clubes merengue y azulgrana gastaron conjuntamente 144 millones de euros (190 millones de dólares) para reforzar planteles, ya de por sí de calidad. Todavía faltaría un central para los culés y que los blancos incorporen al galés Gareth Bale por una cifra cercana a los 100 millones de euros (132.4 millones de dólares). Sin embargo, la negociación de este último se encuentra atorada y el jugador está renuente a seguir con su equipo, Tottenham Hotspur, debido a la negativa del club inglés para su traspaso.