Madrid, 16 de agosto.

El teatro para bebés es el de la poesía. Hay que buscarlo en cada momento y plasmarlo en el escenario instante por instante, explicó Acoyani Guzmán, artista de origen mexicano, quien prosigue con su labor en Madrid de confeccionar y presentar obras pensadas y escritas para adentrarse en el mundo onírico de los más pequeños.

El montaje, la dirección y la escritura los realiza con algunas colaboraciones específicas, por conducto de la compañía que fundó, Bámbola Teatro.

En el teatro madrileño La Escalera de Jacob, durante agosto, se escenifica El vuelo del Sol y la Luna, obra en la que hay música, poesía y un diálogo terso con los bebés que acuden quizás a la primera representación en un teatro.

“Consideramos que si bien el teatro es una representación (y/o resignificación) de la vida, es importante no olvidar nunca el mundo onírico en el que se desenvuelven los bebés, por lo que en este montaje damos oportunidad de hacer un contacto más cercano con este soñar.

“En varias ocasiones se han lanzado a estirar los brazos imitando el vuelo de los pájaros en escena, los cuales movilizamos con mucho cuidado, procurando imitar la cadencia del vuelo de cada ave, con su tiempo particular, con su color, su música y, por supuesto, su sonido.

También por medio de la observación han aprendido a soplar por primera vez, con una pluma de color en sus manos; aplaudir de emoción, mientras ven un pájaro elevarse por encima de sus cabezas y casi tocando el techo, y a reconocerse en un espacio teatral, como un público consciente que observa un trabajo artístico, puliendo su mirada y su imaginación, manifestó Acoyani Guzmán.

En septiembre, adelantó la artista, estrenará una obra para adultos escrita por ella misma y prepara ya una nueva temporada de teatro para bebés que desarrollará el próximo noviembre.