Sábado 17 de agosto de 2013, p. a16
He aquí un disco fascinante: Bach Re-Invented (discos Sony Classical), la más reciente re-visitación a quien es re-conocido como el fundador de la música en Occidente.
El creador, ejecutante y director de este proyecto, Kristjan Järvi, escribe en las notas al programa (que es lo mismo que decir: en el cuadernillo que acompaña al disco compacto): Desde su muerte hace 263 años, Bach se ha convertido en un personaje más contemporáneo, día con día
.
Recuerda que Wilhelm Fürtwaengler lo denominaba el espíritu del mundo
, y también como quien delineó el cosmos
, mientras el filósofo alemán Ernst Bloch hizo notar que Bach escribió la música más sabia y al mismo tiempo la de mayor profundidad espiritual
.
Explica enseguida el truco de mago al que recurre para construir este disco, con el grupo orquestal que fundó: Absolute Ensemble y convertirlo en una maravilla: re-tomar la independencia de la línea del bajo continuo, con su ritmo constante y su, inclusive, impulso groovy, mientras las melodías y las armonías danzan sobre estas líneas.
Así de sencillo y así de complicado, como suele suceder con las obras de arte duraderas, las que no denotan la complejidad de su arquitectura interior, aquellas cuyo misterio de perfección se muestra con el máximo desparpajo: la sencillez.
De manera que escuchamos en este disco la música original de Bach, interpretada al piano por la hermosa Simone Dinnerstein, conocida del Disquero por su generosa discografía, que está condensada, a manera de sistema de matriushkas, en este enlace: http://goo.gl/By78DI. Ella, la bella Simone, hace sonar las célebres Invenciones 1, 4 y 8 de Bach para que enseguida suenen igual número de composiciones nuevas, cada una de ellas tomando como motivo seminal la Invención respectiva.
Así, Gene Pritsker escribió un Concierto para piano en cinco movimientos y él mismo interviene en la ejecución, con su tornamesas de diyéi. Daniel Schnyder escribió un Concerto Grosso con una buena dosis de blue notes, mejor conocidas como dirty notes, quintaesencia del blues y del jazz. El autor de la tercera obra, Tomp Trapp era el colaborador de Frank Zappa cuando el roquero escribió para los ámbitos de la música de concierto, y ahora lo hace con grupos indie. Su obra en este disco se llama Headless Snowman.
El paraíso: la música de Bach suena en tango, en blues, en jazz, con música gitana, de la India, árabe, beats africanos y electrónicos.
No tiene nada que ver con el Bach de Claude Bolling ni el de Jacques Louissier. En todo caso se emparentaría con los hallazgos de Uri Caine, conocido del Disquero, por su capacidad imaginativa y concreción.
He aquí otro disco irresistible, enésimo mentís a la supuesta crisis del disco compacto.
Bach y el formato disco están cada día más vivos, latientes y sonrientes.