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Ver día anteriorLunes 19 de agosto de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Desde el otro lado

El altruismo de la reforma migratoria

C

ada vez es más difícil encontrar trabajadores para labores agrícolas, de acuerdo con lo declarado por uno de los productores en ese sector. Ésta es la razón por la que la asociación de productores agrícolas de California ha insistido ante el Congreso estadunidense para que se apruebe una reforma migratoria que incluya el incremento de visas temporales para los trabajadores del campo.

En un reportaje aparecido en el diario San Francisco Chronicle, Arturo Rodríguez, presidente de la Unión de Trabajadores Agrícolas que fundara César Chávez, comentó la dificultad para contratar jornaleros agrícolas. En alguna ocasión lanzaron una convocatoria para invitar a estudiantes o personas que reciben seguro de desempleo, e incluso a reclusos, a trabajar en ese tipo de labores. De los varios miles de solicitantes que atendieron la invitación, al final de cuentas solamente 11 optaron por ser contratados. La razón es muy sencilla: en comparación con otras, las labores del campo son las que exigen más esfuerzo. Éste es aún mayor en algunos trabajos, por ejemplo en la recolección de fresa, de la que California produce 90 por ciento del consumo en Estados Unidos. Trabajar en esa difícil tarea exige pasar horas sembrando y recogiendo el fruto, que crece al nivel de la tierra a temperaturas que en el verano llegan a 37 grados, sin sombra alguna para protegerse del sol. A ello hay que agregar que el salario es menor que en cualquier otra actividad agrícola.

¿Quiénes quieren trabajar en esas condiciones?, se pregunta el dirigente de la UWF. Es evidente que muy pocos, como las familias que provienen del sur de la frontera, cuya precaria situación y la falta de otras opciones las obliga a tomar esos trabajos. Sin embargo, en cuanto pueden, los abandonan, por lo que es necesaria la búsqueda constante de trabajadores para ese tipo de actividades.

Es fácil entender por qué la Asociación de Agricultores insiste en la necesidad de una reforma migratoria. Pero no puede perderse de vista que su preocupación se limita a que se otorguen visas temporales para los trabajadores del campo, no su residencia definitiva. Tal vez de esa forma pueden tener mayor poder de negociación sobre los salarios, una vez que concluye el periodo que autoriza la estancia de esos trabajadores en el país.

Ni modo, el altruismo de la reforma se desvanece cuando la ganancia es lo que está de por medio.