Pese a que ha habido avance, pues mientras a comienzos de la década pasada 70 por ciento de los casos de cáncer de mama se detectaban en etapas avanzadas y ahora entre 40 y 50 por ciento se identifican en esas fases, resta mucho por hacer, consideró Flavia Morales Vázquez, oncóloga del Instituto Nacional de Cancerología (INCAN), quien señaló a La Jornada que en países desarrollados sólo alrededor de 20 por ciento de los casos se descubren en etapas tardías; lamentablemente, dijo, falta mucha concientización, tanto entre las mujeres como en el personal médico de primer contacto.

En entrevista la también integrante de la Fundación del Cancer de Mama indicó que la mayor parte de los decesos por cáncer de mama metastásico (fase IV) y cáncer de mama localmente avanzado (fase III) ocurren en el país en mujeres de entre 55 y 60 años y precisó que de los 60 mil casos de cáncer de mama que se detectan al año, aproximadamente la mitad se encuentra en etapas muy avanzadas.

Morales Vázquez, quien también forma para de la Sociedad Mexicana de Estudios Oncológicos, refirió que la detección tardía se debe en parte a que la población tiene un nivel de educación para la salud deficiente. No estamos habituados a la prevención y generalmente sólo atendemos problemas cuando nos causan molestia. Por lo que muchas de las mujeres, aunque identifican que ha habido cambios retrasan el acceso médico.

Admitió también que hay médicos de primer contacto que no piensan en cáncer y retrasan el manejo y el diagnóstico de estas pacientes no refiriéndolas con las personas indicadas.

En México se estima que mueren diariamente 10 mujeres por cáncer de mama en etapa avanzada y a escala mundial, cada año son diagnosticadas casi 220 mil mujeres con cáncer de mama metastásico tipo HR positivo, lo que lo convierte en el cáncer más común.

El cáncer de mama metastásico es la forma más grave de la enfermedad y ocurre cuando éste se disemina a otras partes del cuerpo como huesos o hígado, y el cáncer de mama avanzado localmente ocurre cuando se ha diseminado a los ganglios linfáticos u otros tejidos en el área de la mama, pero no a lugares distantes en el cuerpo.

Se calcula que las mujeres con cáncer de mama metastásico tienen una expectativa de vida de 18 a 36 meses después del diagnóstico. El promedio de vida para las mujeres con enfermedad en fase III es de menos de cinco años.

Citó que desde 2005 el cáncer de mama en México es la principal causa de muerte en mujeres mayores de 25 años e insistió en que a partir de los 18 años de edad las mujeres mensualmente hagan una autexploración de senos, si se es menor de 40 años y se presenta algún cambio debe realizarse un ultrasonido, y a partir de los 40, si hay antecedentes familiares o síntomas clínicos, recomendó realizar una mastografía cada año.

Remarcó que la normatividad mexicana determina que a partir de los 50 años las mujeres deben realizarse una mastografía anual.