Debe ser terrible que todos pidan que te corran, reflexiona el vicepresidente de Pumas, Mario Trejo, al recordar la presión que ejercen los aficionados sobre el actual técnico, Antonio Torres Servín.

No es agradable –dice Trejo– escuchar críticas a gritos que provienen de las tribunas, como el domingo, tras el empate 1-1 (los dos goles marcados por el equipo auriazul), cuando el coro de ¡Fuera Servín! los despidió de la cancha. Debe ser terrible esa presión, pero así es esto del futbol –trata de explicar– y hay que saber convivir con ella. Hay que saberla manejar, recomienda. Saber cuándo tomar una decisión y no sólo porque están presionando a gritos, agrega.

No han ganado en el torneo –además de que Pumas se encuentra en el penúltimo puesto de la tabla–, pero Trejo ya ha visto una mejoría en el equipo. Por eso, a pesar de los reclamos contra el entrenador, la directiva no considera adecuado imponerle un plazo condicionado. No tienen obsesión por sustituirlo porque la postura es de sacar el máximo provecho al plantel actual.

“Tampoco es de que pase lo que pase (seguirá); ¿quién sabe cómo pase? Se valorará lo que suceda, pero de lo que he visto con Toño Torres Servín hay potencial para que logre estabilidad”, confía.

Nos vamos a concentrar en los compromisos cada semana, y así será; estamos seguros de que funcionará, porque sabemos cómo está la situación y cómo revertirla, asienta.

Esa presión por la crisis en el equipo también se refleja en el ánimo de los jugadores, según lo que comenta Trejo. Una tensión que provoca reacciones descontroladas y que afectan al conjunto, como la expulsión del capitán Darío Verón.

De repente no tenemos el control y reaccionamos de manera equivocada; de eso también ya estamos platicando, no es la manera de reaccionar, comenta. No es dirigiéndose al árbitro, no es enardeciéndose, no es perdiendo la cabeza, hay que tener control, esto es de presión y hay que saber manejarla.

El problema, analiza, es que también hay varios jugadores que no están en su mejor momento. Hay varias figuras que han ganado dos o tres títulos, pero que hoy atraviesan un déficit.

No hay zonas de confort, pero se trata de rencontrar el nivel que tuvieron, dice confiado en recuperar su fuerza.

Por su parte, Torres Servín reconoció que es reconfortante saber que la institución le brinda total apoyo, pero eso mismo lo hace sentir una fuerte responsabilidad por componer la situación del equipo.

La verdad siento tristeza y pena con la afición, pero con el compromiso de sacar adelante al equipo, comparte el entrenador, a quien un día antes un estadio pidió a gritos su despido.