Este sábado enfrenta a González
Miércoles 21 de agosto de 2013, p. a15
Abner Mares no quería golpear más al campeón pluma Daniel Ponce de León el pasado 4 de mayo. Ya lo había enviado a la lona con un zurdazo al mentón y durante unos segundos sintió pena porque el rival era su amigo de muchos años atrás.
Por eso no quería que se levantara, pues de lo contrario tendría que seguir atizando con riesgo de lastimarlo. Sólo fue un instante de titubeo, porque cuando Ponce se levantó siguió el combate hasta el noveno asalto, en el que terminó por fulminarlo para convertirse en el nuevo monarca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
Sólo esa vez, refiere Mares, sintió culpa. Nunca más volvió con esas ideas que en algún momento pueden estorbar en las aspiraciones de un campeón. Sobre todo las suyas, porque este sábado volverá a poner a prueba sus sentimientos de fraternidad al exponer su cetro pluma ante otro amigo, Jhonny González, en Carson, California.
Trato de no pensar en eso, porque sicológicamente los remordimientos pueden afectar tu desempeño
, dice Mares a unos días de enfrentar a un ex campeón, al que considera un amigo.
Uno no puede permitirse sentir lástima por el rival. No pueden traicionarte los sentimientos, por eso en el cuadrilátero el cerebro está bloqueado a las emociones. Trabaja de un modo distinto, sólo piensa en tácticas y olvidas por completo si quien tienes enfrente es un buen amigo
, precisa.
Abner sabe que esta puede ser la última oportunidad de su amigo para volver a los títulos mundiales y también está consciente de que su propia carrera está en ascenso, que es un campeón que saltó del super gallo a pluma para buscar rivales más interesantes.