Decenas de activistas, integrantes de organizaciones sociales, sindicales y urbanas, participaron ayer en la acción global para exigir la liberación del profesor tzotzil Alberto Patishtán, preso desde hace 13 años y condenado a 60 años de cárcel, como resultado de un juicio en el que no se respetó el debido proceso, afirmaron.

Los manifestantes, quienes realizaron un mitin y marcha que concluyó frente a la sede del Consejo de la Judicatura Federal, reiteraron su exigencia de que el sistema de justicia reconozca las irregularidades cometidas durante el proceso seguido contra Patishtán y que el tribunal colegiado del vigésimo circuito, con sede en Tuxtla Gutiérrez, determine su libertad inmediata.

Como parte de las actividades de la acción global, los organizadores dieron cuenta de pronunciamientos y actos que tuvieron lugar en México y el extranjero, como la entrega de un documento en el consulado de México en Barcelona y una manifestación en la provincia italiana de Vicenza, donde se sitúa la sede episcopal católica.

En los estados de la República también se reportaron movilizaciones y actividades culturales. Neftalí Granados, integrante del comité por la liberación de Alberto Patishtán, informó que se prepara la realización de una caravana, que saldrá el 29 de agosto del Distrito Federal, con rumbo a San Cristóbal de las Casas, Chiapas, donde se encuentra preso el indígena.

Se trata, explicó, de llegar al penal a expresar al profesor la solidaridad de la sociedad civil. Además, los participantes acudirán a la sede del tribunal colegiado, que resolverá sobre el caso a más tardar el próximo 5 de septiembre.

Rogelio Rueda, también del comité, destacó que la liberación del profesor es fundamental, pero también el reconocimiento de los jueces de que no se respetó el debido proceso ni hubo aplicación de la justicia en forma objetiva, neutral, ni se garantizaron los derechos humanos del inculpado.

Los activistas recordaron que Patishtán inició un ayuno el pasado martes, el cual se prolongará hasta el próximo 5 de septiembre. Durante ese lapso, el profesor, que padece diabetes, sólo tomará un alimento y se abstendrá entre las seis de la mañana y las seis de la tarde.