Fórmulas seguras
os seleccionados mexicanos se clasificaron a la fase de repechaje para acceder a la Liga Mundial. Nuestra selección mexicana de voleibol ha conseguido meterse a la final en la Copa Panamericana. Sin embargo, sus partidos apenas alcanzaron alguna cobertura de los medios, sin el beneficio que una apuesta diferente podría generar a la sociedad.
Si queremos aprovechar el deporte en el fomento de la actividad física, las mejores opciones se vinculan a los deportes que no tienen grandes dimensiones en el tamaño de sus canchas. Lo anterior se justifica especialmente en las ciudades más urbanizadas del país. Los deportes con adaptación al cemento facilitan la adherencia deportiva en lugares donde la actividad física se dificulta por no tener espacios para la práctica, ni la necesidad de desplazamiento que se tiene en las zonas rurales.
Urge fomentar todos los deportes
Una de las posibilidades de este tipo de deportes deriva de la cantidad de canchas existentes. En nuestro país, cuando una escuela o un parque cuenta con canchas deportivas, casi siempre son de voleibol y/o baloncesto. Sin embargo, en múltiples ocasiones, se les utiliza para la práctica del futbol. ¿Cuántos niños habrán pensado que no sirven para el deporte sólo porque los obligaron a practicar futbol? Tenemos que favorecer a otros deportes y no sólo invertir en la fórmula futbolera, por más éxito que haya tenido. Felicidades a los seleccionados mexicanos, no sólo por haberse clasificado al repechaje de la Liga Mundial, sino por haber mantenido su pasión deportiva en un país que sólo invierte en fórmulas seguras.
En este país, el deporte es como los bancos: sólo invierte en lo que da beneficios seguros e inmediatos. A nuestros deportistas se les otorgan becas ya que consiguieron las medallas, cuando se debería invertir en el proceso de su desarrollo deportivo. Por ejemplo, crear un fondo de beneficios generales para deportistas en edades tempranas. El deporte es un reflejo de las condiciones sociales de los países y México no es la excepción. La banca en nuestro país ha dejado de invertir en personal que sepa sobre las distintas ramas productivas y, peor aún, han echado a la calle al personal que sabía del tema; ahora sólo dan crédito al consumo en lugar de dar crédito a producción. Los bancos, como los dirigentes deportivos, no toman riesgos, a pesar de ser los únicos que podrían permitírselo.
