Pujante, presente y con un lenguaje novedoso, es como la especialista Lily Kassner se refiere al movimiento escultórico en México. Para la autora del Diccionario de escultores mexicanos del siglo XX, que ya goza de una tercera edición, corregida y aumentada, de tres tomos, los propios artistas se han puesto las pilas.

En su presentación al volumen, la historiadora del arte expresa que este tercer esfuerzo, publicado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) al igual que el segundo, en 1997 –el primero fue por la Universidad Nacional Autónoma de México en 1983–, obedece a la intención de cubrir la carencia de información que tiene la escasa bibliografía especializada en México respecto de este arte.

La entrevistada acota: Siempre habíamos dicho que la escultura era como el patito feo; ya no lo es tanto, se le incluye en muchas de las colectivas. En cualquier museo hay tanto pintores como escultores como grabadores como fotógrafos. En el presente siglo ha habido muchísimas más publicaciones de escultura.

Kassner está convencida de que existe más interés hoy día por ser escultor entre las nuevas generaciones de artistas. Además, manejan materiales novedosos como la cerámica, con un lenguaje muy bueno. En cuanto a las divisiones, a veces poco perceptibles entre una disciplina y otra, apunta que los cortes muy definitivos o tajantes ya son muy difíciles. También opina que las galerías particulares apoyan al movimiento escultórico y menciona a la Juan Martín, la López Quiroga y la de Arte Mexicano.

–¿Ha influido que Gabriel Orozco sea escultor?

–Ha influenciado a los jóvenes; también la presencia de la Galería Kurimanzutto ha sido importante.

–¿Por qué?

–Sus escultores, empezando por Gabriel Orozco, Gabriel Kuri y Damián Ortega, han tenido una presencia relevante en el exterior. La participación de la galería en sí en moverse internacionalmente es importante, así como la de la OMR y la Nina Menocal. El panorama no está tan cerrado como a finales de los años 90 del siglo XX. Las galerías se han abierto mucho.

En cuanto al sector público destaca la labor realizada por la Universidad Autónoma de México en la Galería Metropolitana y el Museo Federico Silva, Escultura Contemporánea, en San Luis Potosí, que no tiene nada que pedir a ningún museo del mundo.

La presente edición del diccionario acopia el trabajo de 670 escultores. Se incluye una generación de nuevos escultores y escultoras hasta donde es posible, porque luego no es tan fácil localizarlos, aunque Kassner a diario rastrea por lo menos dos periódicos de circulación nacional, además de revisar correos electrónicos que se le envían, así como invitaciones de museos y galerías.

Hay personas que ya no están en la nueva edición debido a la falta de noticias sobre su trabajo. Kassner tiene el banco de datos y la bibliografía más grandes de escultura en México. Sin embargo, cuando llevó el material a la Dirección General de Publicaciones del CNCA, allí le recomendaron quitar a estas personas que hasta la fecha no supo nada de ellas, porque de otra manera hubieran salidos cuatro o cinco tomos.

De acuerdo con la entrevistada, sería conveniente reditar el diccionario cada ocho o 10 años, sin embargo, en esa tarea Kassner quisiera que otras personas tomaran la batuta y le siguieran, porque esto lo he hecho realmente sola con un secretario o secretaria.

Diccionario de escultores mexicanos del siglo XX será presentado por Rafael Pérez y Pérez, Miriam Kaiser, Julio Trujillo y la autora el sábado 31 de agosto a las 12 horas en el MAM.