El héroe discreto explora las secuelas de la corrupción en la sociedad peruana
Jueves 12 de septiembre de 2013, p. 6
Madrid, 11 de septiembre.
Mi editora y mi mujer me han prohibido hablar de política. Así que hoy toca literatura, no política
, aseguró el Nobel peruano, Mario Vargas Llosa, durante la presentación de su nueva novela –la primera que escribe desde la concesión del galardón–, El héroe discreto, publicada por Alfaguara.
El novelista se inspira en un personaje, Felícito Yanaqué, para reflexionar sobre los héroes anónimos, la corrupción y sus secuelas en una sociedad como la peruana y la degradación que provoca cuando se conjuga el cinismo con la corrupción y el narcotráfico, como a su juicio ocurre en muchos países de América Latina, incluido México.
A pesar de que su mujer y su editora de Alfaguara le habían prohibido
que no hablara de asuntos políticos por la polémica que generan sus posturas conservadoras, en muchas ocasiones en abierta sintonía con los partidos o personajes más radicales de la derecha internacional, como George W. Bush o José María Aznar, Vargas Llosa se refirió a algunas cuestiones ajenas a su novela.
Sobre todo a las obsesiones que ha tenido en los años recientes, como es su rechazo frontal a los movimientos nacionalistas
o independentistas en España –como el catalán y el vasco– o Venezuela, del que dijo es el único país de América Latina que no ha evolucionado
.
Vargas Llosa, uno de los intelectuales más controversiales por sus posiciones extremas en cuestiones políticas, intentó evadir las preguntas sobre temas polémicos. Pero cuando fue cuestionado sobre los movimientos nacionalistas –que aquí en España se vinculan a las ideas independentistas y no al nacionalismo español– arremetió contra estos grupos, que además hoy se han hecho muy visibles con una multitudinaria manifestación en Cataluña para reclamar la independencia del Estado español.
Siempre he combatido el nacionalismo porque es una ideología que ha causado millones y millones de víctimas a lo largo de la historia, por eso es terrible que en el mundo actual el nacionalismo vuelva a sacar la cabeza
, aseguró.
Habló sobre su nueva novela, en la que un pequeño empresario peruano sufre de forma cotidiana la extorsión y la desesperación por vivir en una sociedad rodeada de corrupción y degradación institucional. Uno de los temas de la novela es las consecuencias negativas del desarrollo. Pero no es sólo la corrupción, el cinismo, sino el de la decencia. En países que luchan por alcanzar la modernidad son problemas neurálgicos que si no se destruyen pueden destruirlo
, afirmó.
Sin que nadie le preguntara, abordó la situación de Venezuela, al sostener que está muy preocupado
con la evolución de este país desde que el anterior presidente, Hugo Chávez, tuvo esa idea mesiánica de que se convirtiera nuevamente en el faro, en el ejemplo de un populismo autoritario
.
Vargas Llosa señaló que uno de los principales lastres de América Latina es la corrupción y si hay algo que conspira contra el fortalecimiento de las instituciones en los países en proceso de modernización es el cáncer de la corrupción, que además propaga el cinismo y una actitud despectiva frente a la legalidad. Una idea profundamente destructiva de que todo el mundo es corrupto y si todo el mundo es corrupto, ¿por qué no lo voy a ser yo también?
Refirió que en los países en los que hay narcotráfico, como México, se crea un Estado paralelo, lo que a su vez supone una fuente terriblemente destructiva de la institucionalidad y el desarrollo
.