Krugman califica de terrible fracaso
la política de EU desde 2008
Sábado 14 de septiembre de 2013, p. 24
Washington, 13 de septiembre.
El 15 de septiembre de 2008, cuando Lehman Brothers quebró, la economía estadunidense venía sufriendo desde hacía varios meses por los créditos inmobiliarios de alto riesgo, conocidos luego como subprime. Pero la caída del gigante bancario, icono de Wall Street desde hacía más de un siglo, disparó una profunda crisis financiera que se propagó al resto del mundo.
El Estado federal puso rápidamente a disposición 420 mil millones de dólares para reforzar las cajas de los bancos, como Bank of America o Citigroup, entre otros, así como de fabricantes de autos como General Motors y Chrysler, grandes generadores de empleo, pero no logró contener el desbarranque. Entre septiembre de 2008 y mismo mes de 2009, la tasa de desempleo subió de 6.1 a 9.8 por ciento. La actividad económica se despeñó, en particular en el último trimestre de 2008. Al mismo tiempo, el déficit fiscal creció de la mano de los planes de rescate, pasando de 3.2 por ciento a 10.1 por ciento del PIB entre 2008 y 2009.
Era un periodo de grandes riesgos. Una nueva Gran Depresión se perfilaba
, recordó Rogoff, en referencia a la crisis de 1929. Cinco años después, el espectro de una Gran Depresión quedó olvidado. Pero la economía pena por recuperar potencia.
Para calmar a los mercados, los gigantes bancarios fueron sometidos desde 2009 a test de resistencia. Votada en 2010, la ley Dodd-Frank de regulación de Wall Street estipuló el mecanismo por norma.
Sin embargo, aunque este proyecto de 2 mil 300 páginas para reformar Wall Street fue adoptado en julio de 2010 por el Congreso, su total entrada en vigor todavía no se completa, en espera de los decretos legislativos de reglamentación.
El gobierno de Barack Obama tuvo que profundizar la intervención del Estado en su primer año de gobierno, y en febrero de 2009, poco después de asumir, lanzó un plan de reactivación de 787 mil millones de dólares destinado a fomentar el consumo en el sector inmobiliario.
La venta de viviendas ha mejorado, aunque los precios distan de ser los de antaño, cuando crecían a ritmo acelerado. Pero el consumo, tradicional motor del crecimiento en Estados Unidos, perdió fuerza, y el patrimonio de los estadunidenses sufrió pérdidas espectaculares
, según un funcionario del Tesoro.
Con la crisis, los consumidores tuvieron un recordatorio acerca de sus jubilaciones y no pueden llevar sobre sus hombros el peso de una recuperación ahora, porque deben ahorrar
, explicó Joseph Gagnon, funcionario del Tesoro durante el gobierno de Bill Clinton (1993-2001). El desempleo, en 7.3 por ciento, sigue elevado, y la proporción de personas que dejaron de buscar trabajo está en un máximo en más de 35 años.
Para el Premio Nobel de Economía Paul Krugman, la política de Estados Unidos desde Lehman ha sido un terrible fracaso
, y pide un impulso masivo
al empleo. En cinco años, la deuda pública de Estados Unidos se disparó más de 65 por ciento a 16 billones de dólares, y es fuente permanente de rencillas políticas entre el Congreso y la Casa Blanca.
La Reserva Federal sigue inyectando dinero en la economía a través de compras de bonos por 85 mil millones de dólares al mes y mantiene tasas ultrabajas. El retorno a la normalidad sólo podrá considerarse como tal cuando hayamos salido de las medidas excepcionales de la Fed
, destacó Veron.