Investigador presenta libro en Universum
Jueves 19 de septiembre de 2013, p. 51
El sismo de 8.1 grados en la escala Richter ocurrido el 19 de septiembre de 1985, que devastó la ciudad de México, fue un parteaguas
en la organización de la protección civil en el país, afirmó Víctor Manuel Cruz Atienza, jefe del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica (IG) de la UNAM.
En víspera del 28 aniversario de esa tragedia, el especialista indicó que México es un país altamente sísmico, pues en promedio se presentan 3 mil 500 movimientos telúricos de diferentes intensidades al año, por lo que la población debe extremar precauciones y algunas medidas de prevención. Agregó que el año pasado el número de terremotos en el país alcanzó 5 mil.
Autor del libro Los sismos, una amenaza cotidiana (editado por Caja de Cerillos Editores), que se presentó anoche en el Museo de las Ciencias Universum de la UNAM, Cruz Atienza explicó además que el suelo de la ciudad de México tiene tres zonas geotérmicas: lomas, transición y lago, siendo esta última la zona de mayor amenaza ante un movimiento de la tierra, aunque ello –aclaró– no implica riesgos si se toman las medidas adecuadas de construcción y prevención. La obra del universitario está a la venta en librerías comerciales a un costo de 200 pesos.
Indicó que, si la oscilación del movimiento es de dos segundos, en la zona de la loma (en las afueras de la ciudad) la onda de frecuencia ocasionada por el terremoto sufre una amplificación que puede dañar estructuras altas 10 veces más que otro punto fuera del Valle de México a la misma distancia del epicentro; pero esta fuerza es 50 veces mayor en la zona del lago, es decir, pega 500 veces con mayor fuerza que en otro punto debido al suelo. Por ello, planteó la necesidad de cumplir con el reglamento de construcción –que asientan las necesidades para cada una de las zonas de suelo del DF–, que hoy en día es de los más avanzados del mundo
.
Cruz Atienza recomendó varias acciones a realizar antes, durante y después de un evento sísmico: antes, los ciudadanos deben acudir a la unidad de protección civil más cercana para informarse de la peligrosidad sísmica de la zona en que viven o trabajan y planificar las medidas de protección.