Murió Rafa Saavedra
a noticia se difundió en unos cuantos segundos por las redes sociales el pasado 17 de septiembre: el escritor Rafa Saavedra murió en el quirófano mientras era operado del corazón. Poco antes de ingresar a su intervención se despidió enviando la canción La segunda oportunidad, de La habitación roja, a sus centenares de amigos. El también escritor Heriberto Yépez, y quizá su amigo más cercano, dijo: Estoy devastado; fue como una bomba atómica en el alma. Estoy como perdido; no entiendo qué chingados paso
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Tijuana y toda la cultura underground mexicana perdieron a uno de sus más lúcidos pensadores: Rafa Saavedra, quien no sólo revolucionó el lenguaje fronterizo, sino llegó a ser un interlocutor entre las vanguardias de la música contemporánea y sus fusiones con ritmos populares. Es uno de los precursores intelectuales del fenómeno conocido como Nortec.
Rafa fue de personalidad austera e introvertida, pero paradójicamente siempre estaba en las mejores fiestas y reuniones etilizadas de Tijuana, el Distrito Federal y otras ciudades, como diyéi o simple consumidor de las más diversas sustancias espirituosas que circulaban hasta el amanecer.
Basta hacer un rápido recorrido por su cuenta de Facebook para constatar la popularidad y liderazgo que sus irónicas observaciones provocaban en centenares de seguidores. Su bibliografía no es muy extensa, pero cada uno de sus libros es un manual necesario para advertir lo más vertiginoso de la cultura cibernética y de todas las subculturas generadas por las tendencias del momento tanto en la música como en la literatura.
Fue fundador de varios fanzines como Psychocandy, El centro de la rabia y Velocet, colaboró en Nexos, Letras Libres, Moho y Generación. En el terreno musical fue telonero de bandas como Stereo Total, Ana D, Adanowksy y The Whitest Boy Alive.
Algunos de sus libros son: Esto no es una salida. Postcards de ocio y odio (1995), Buten smileys (1997) y Lejos del noise (2002), este último publicado con la editorial Moho, que incluye el texto Fade in fade out, en el cual escribió: No tengo tiempo para héroes ni para jugar al escondite. No tengo tiempo para confrontarme frente al espejo. No tengo tiempo para sentir miedo. No tengo tiempo para estar listo el día de mi muerte. No tengo tiempo para decir un adiós que ya carece de importancia...
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El escritor Guillermo Fadanelli, editor de Moho, tiene el original de un nuevo libro de Saavedra: Dios me persigue.
Saavedra colaboró en dos títulos de Generación: José Agustín, 10 años por la contracultura
y Memorias del primer Congreso de Contracultura
, en el que resume su postura así: “¿Qué une a los beats y al Colectivo Nortec? Los dos tienen a uno de sus autores emblemáticos con su obra más importante en un anuncio automovilístico. Volvo conoce el poder de la contracultura. Por otra parte, si en la revuelta de Seattle el lema fue ‘Resist exist’, en TJ se trastoca y deviene ‘Baila y resiste’. La cultura del ocio como último reducto posible para intentar, desde ahí, cambiar, como sugerían los surrealistas, la vida. ¿Y el futuro? Es eso que viene detrás de nosotros. Stop”.
Tijuana, Interzona
Hace unos días el escritor Leobardo Sarabia anunció la XIII edición del Festival de Tijuana, Interzona. Se había programado el 8 de octubre la presentación del libro Morrisey y los atormentados, editado por Juan Carlos Hidalgo y en el que colaboró Saavedra, quien en 2010 fue uno de los editores de la revista Tijuana violencia y creación, que publicó Generación en Interzona.
En el programa del encuentro está el espectáculo cabaret Los vecinos, con Jesusa Rodríguez, Lilina Felipe, Regina Orozco y Hernán del Riego. El premio Rubén Vizcaíno Valencia le será entregado a la promotora cultural Guadalupe Kirarte.
También habrá cine, conferencias y presentaciones de libros, como Welcome amigos to Tijuana. Graffiti on the border de José Manuel Valenzuela. Esperamos que se rinda homenaje a Rafa Saavedra.