No es brote; los casos, sin vínculo con las inundaciones recientes
Viernes 27 de septiembre de 2013, p. 36
En Hidalgo se ha detectado a más de 40 personas con probabilidad de tener cólera, y de acuerdo con previsiones de la Secretaría de Salud (Ssa), la cifra se incrementará en las siguientes horas y días por la búsqueda activa de afectados que realiza personal de salud en la entidad, luego de haber confirmado ocho casos de la enfermedad.
Cuauhtémoc Ruiz Matus, director general adjunto de epidemiología de la Ssa, comentó que aún no se localiza el origen de la infección, que hasta ahora ha ocasionado una muerte, aunque se sabe que se transmite por agua y alimentos contaminados con la bacteria vibrio cholerae.
En entrevista, el funcionario indicó que con los análisis de laboratorio se pudo identificar la cepa responsable de la alerta sanitaria vigente desde principios de mes, cuando se confirmó el primer caso. La cepa es conocida como Ogawa O1, y es la misma que desde hace alrededor de tres años circula en Haití, Cuba y República Dominicana.
La buena noticia, señaló, es que este serotipo del cólera se muere
con un antibiótico: doxiciclina, que debe ser prescrito por el médico, pero está comprobado que son suficientes tres cápsulas de 100 miligramos cada una para los adultos. También es útil parar curar a población infantil, pero en la dosis que recomienden los doctores, con base en el peso y la edad del menor.
Ruiz Matus explicó que aunque son ocho los enfermos de cólera confirmados en Hidalgo, todavía no se le considera como un brote, porque ninguno de los casos está relacionado en tiempo, lugar y persona. Sin embargo, representa una alerta porque la bacteria es altamente contagiosa, y cuando los afectados no reciben la atención médica oportuna pueden morir muy pronto a causa de la diarrea y la deshidratación.
Sobre la persona fallecida, comentó que se trataba de una señora mayor de 60 años que tenía otras enfermedades previas, las cuales complicaron su recuperación.
En México, el cólera ha sido causa de epidemias graves con centenas de decesos. La última ocurrió en la década de los 90, cuando se reportaron más de 45 mil casos. Desde 2001, cuando se reportó el último, sólo se registró un evento hasta 2010, y otro par en los dos años siguientes.
Ruiz Matus también recordó que luego de la epidemia de los 90, en el país se reforzaron las medidas de saneamiento y cloración del agua, actividades que se deben realizar de manera permanente. Respecto a la cepa del vibrio cholerae que está circulando en México, resaltó la importancia de haberla identificado, porque así los especialistas pueden determinar de dónde proviene, ya que es algo que no se puede predecir.
Comentó que la epidemia de 1991, que se inició en Perú, se esperaba que ingresara a la República Mexicana por Chiapas, pero los primeros casos se reportaron en el estado de México.
Si bien para la autoridad sanitaria los nuevos casos aún no adquieren la denominación de brote ni están vinculados con los fenómenos meteorológicos recientes, la infección por cólera puede aumentar, sobre todo por las inundaciones en que se encuentran varios estados.