Discriminación olímpica
l Comité Olímpico Internacional manifestó su deseo de que en las próximas Olimpiadas de Invierno a realizarse en Sochi, no habrá ningún tipo de discriminación contra los atletas o espectadores. Rusia ha sido sometida al escrutinio de su comisión coordinadora por tener leyes que prohíben la propaganda homosexual. Preocupa a muchos que estas leyes afecten a atletas o espectadores.
El mismo presidente de la comisión coordinadora, Jean-Claude Killy, estampó su aprobación. Señaló, después de examinar cuidadosamente el asunto que estaba plenamente convencido del respeto de Rusia a la carta olímpica. La carta olímpica prohíbe cualquier tipo de segregación, ya sea por cuestiones de raza, religión, u otra, en territorio olímpico.
Lo que asusta es recordar la historia de los Juegos Olímpicos. Uno de los medios de la propaganda nazi fueron precisamente los deportes. El mensaje de superioridad aria de Goebbels inundó aquellos Juegos Olímpicos de Berlín 1936. Incluso la directora Leni Riefenstahl, conocida mundialmente por dirigir las películas de propaganda nazi, aprovechó el simbolismo deportivo para realizar la película Olympia, promotora del nazismo. Había igualmente una comisión y también esos Juegos Olímpicos fueron cuidadosamente
examinados.
No son pocos los ejemplos que ponen en duda la rectitud con la que el Comité Olímpico Internacional defiende los valores que promueve. Los Juegos Olímpicos realizados en México 1968 dejaron para la posteridad la imagen de John Carlos y Tommie Smith levantando el puño en señal de rechazo a la discriminación. Hoy el mismo Comité Olímpico saca beneficio de esas imágenes, pero en aquellos días abandonaron a ambos deportistas cuando fueron expulsados de la villa olímpica y regresados a Estados Unidos donde se les siguió discriminando: no se les protegió de recibir amenazas de muerte, no se les ofreció trabajo alguno, además de que se les impidió continuar su carrera deportiva a pesar de tener el récord olímpico y mundial.
El Comité Olímpico saca dividendos de una imagen de supuesta integridad. Los aros olímpicos se asocian con los valores que dicen promover, pero es irrisoria la legitimidad de sus valores al asociarse con ciertas empresas. Están lejos de suprimir la discriminación y no discriminan en cambio el patrocinio de la Coca Cola o McDonalds.