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En este año, 8 casos en Milpa Alta, alerta

Suicidio de menores, responsabilidad del Estado, indica Redim
 
Periódico La Jornada
Jueves 3 de octubre de 2013, p. 38

El suicidio entre niños y jóvenes se duplicó entre 2009 y 2011 al pasar de 21 a 40 casos. En los primeros seis meses de 2013 se registraron ocho muertes intencionales de menores entre ocho y 16 años.

Así lo informó a La Jornada Juan Martín Pérez García, director de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), quien consideró que el suicidio no es un asunto espontáneo, ya que hay trayectorias familiares que acompañan estas acciones y elementos multifactoriales que generan estas conductas, como la falta de oportunidades y el rezago social.

Expresó que en la ciudad de México, de 2009 a 2011 los casos de suicidio entre menores se duplicaron, al pasar de 21 a 40.

Si un adolescente toma una decisión de este tipo significa que se agotaron para él o ella los recursos y potencialidades para construir un proyecto de vida, lo que implica que el Estado y sus instituciones fallaron en dárselo, advirtió el activista.

Pese a creer que es una decisión individual, el suicidio, desde el enfoque de los derechos de la infancia, implica una responsabilidad del Estado. Cada caso de estos pequeños es en realidad una denuncia de que el gobierno no les garantizó la posibilidad de acceder a una vida digna, apuntó.

Estadísticas de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) señalan que en los primeros siete meses de 2012 se registraron 256 suicidios, de los cuales 124 ocurrieron entre jóvenes menores de 30 años.

En 2013, tan sólo en Milpa Alta en los primeros seis meses de este año se registraron ocho casos en niños y adolescentes de ocho a 16 años. Esta demarcación, seguida por Iztapalapa y Xochimilco, presenta uno de los mayores indicadores de rezago social, según los estudios más recientes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

En opinión de Pérez García, en el caso mexicano “no se ha creado un sistema nacional de garantía de derechos, que permita articular todos los esfuerzos, entonces vivimos en un Estado fragmentado, que no atiende ni protege a niños y niñas de manera articulada, lo cual, se reproduce en la ciudad de México.

Por un lado va salud, por otro educación y desarrollo social, esto implica que no hay una red, un tejido que permita que se pueda prevenir y en consecuencia atender aquellos niños o jóvenes en riesgo de suicidio.