Jueves 3 de octubre de 2013, p. 28
París, 2 de octubre.
La alarma llegó a Europa por el cierre de oficinas gubernamentales en Estados Unidos y el retraso en la publicación de datos, al dejar a oscuras tanto a inversionistas como a autoridades económicas del país. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, advirtió sobre el peligro para la economía global de la posible prolongación de la parálisis gubernamental en Estados Unidos. Draghi recalcó que aunque de momento no cree que dicha situación sea probable, de concretarse atentaría contra la aún tenue recuperación en el orbe. Expresó estar dispuesto a usar todos los instrumentos a su alcance
para mantener bajas las tasas de interés y evitar que su aumento pueda dañar la débil recuperación.
En el primer día de cierre, asociaciones económicas alemanas dijeron que la situación podría suponer un verdadero peligro
para la economía mundial. Si los estadunidenses se ponen la zancadilla ellos mismos, esto también puede afectar al conjunto de la economía mundial y naturalmente también a las exportaciones alemanas
, declaró a Dpa el presidente de la Asociación de Comercio Exterior de Alemania (BGA), Anton Borner.
En tanto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que el cierre parcial en la administración estadunidense tiene por ahora un impacto limitado en los mercados financieros, pero a futuro podría conducir a peores condiciones financieras debido a la incertidumbre que genera.
Por su parte, el gobierno chino señaló que la paralización de oficinas en Estados Unidos expuso el lado feo de la política partidista
y externó su preocupación por los efectos que el hecho pueda tener en la economía mundial.
Draghi reconoció que la economía de la eurozona sigue frágil y añadió que el banco no excluirá alternativa
, incluyendo una tercera ronda de créditos a largo plazo y bajo interés. Esos créditos fomentarían el crédito en la economía, ayudando al crecimiento. De cara al futuro, nuestra política seguirá siendo acomodaticia el tiempo que sea necesario
, aseveró Draghi y reiteró que el BCE está plenamente
preparado para actuar en caso necesario, sin excluir una nueva inyección de liquidez en los mercados.
Esta inyección se sumaría a las realizadas en diciembre de 2011 y en febrero de 2012. En total, los bancos recibieron más de un billón de euros (1.35 billones de dólares) para mejorar la liquidez, calmar al mercado y abrir el grifo de crédito para que llegue a la economía real.
Draghi hizo declaraciones después de que el banco dejó inalterada su tasa básica de interés en 0.5 por ciento. La eurozona creció 0.3 por ciento en el segundo trimestre, tras seis trimestres consecutivos de recesión. Horas antes, funcionarios del gobierno francés también habían expresado temores sobre el impacto del cierre en la frágil recuperación europea.