Arte de África y Oceanía
egún los galeristas de París, el arte primero (así lo definió el ex presidente francés Jacques Chirac en vez de primitivo
) proveniente de África y Oceanía está en su esplendor. En junio pasado la casa Christie’s (del magnate Françoise Pinault, esposo de Salma Hayek) realizó la que considera la mejor subasta en la materia recaudando más de 11 millones de dólares.
Igual sucedió durante los días en que las galerías del Barrio Latino pusieron a la venta obras de esos continentes. No faltó alguna prehispánica de dudosa autenticidad.
En diciembre Christie’s hará otra gran subasta de arte primero. Una de las figuras que saldrá a la venta proviene de las islas Fidji y perteneció a Thomas Baker, misionero irlandés de la Iglesia metodista y famoso por haber sido el último comido por los aborígenes de esas islas en 1867. Dejaron el canibalismo al convertirlos al cristianismo. La figura puede alcanzar un precio de 300 mil dólares. Su creador…
Muy distinta fue la suerte de Charles Ratton, quien murió en su mansión a los 91 años, en 1986. Fue quien llevó a la cima al arte primero de África, Oceanía y los esquimales. Para recordar su vida y su trabajo le organizaron una importante exposición en el bello Museo Quai Branly, destinado a las artes primeras del mundo. Y es que Ratton fue un galerista decisivo para que a finales de los años 20 del siglo pasado al arte proveniente de África y el sudeste asiático se le comenzara a dar el lugar que merece dentro de las creaciones humanas.
Fue él quien organizó en 1931 la primera gran exposición de obras de esas partes del mundo. En otras posteriores incluyó de los esquimales. Amigo de escritores y pintores, era gran coleccionista y un galerista que nunca reveló el origen de las piezas que vendía. Como a la riquísima Helena Rubinstein, la de las cremas de belleza; o a Nelson Rockefeller. Y es que el arte de África, como con el prehispánico, ha sido y es objeto de saqueo, de expoliación.
Ratton expandió su influencia a Estados Unidos, donde contó con el apoyo del hijo de Matisse, Pierre, quien tenía en Nueva York una galería donde comenzó a vender arte negro
al lado de las obras de Miró, Balthus, Giacometti y Dubuffet. Con las que adquirió durante décadas el multimillonario Rockefeller, nació en 1957 en dicha ciudad el Museo de Arte Africano.
El patrimonio artístico de los pueblos que Francia tenía bajo su férreo dominio en tiempos de Ratton fue utilizado en los años 30 del siglo pasado por el gobierno, los empresarios y la Iglesia para montar una magna y visitada exposición y ensalzar las bondades del colonialismo. Recibió la crítica feroz y el rechazo de escritores y artistas, como André Breton, Paul Eluard, Luis Aragon, George Sadoul, Yves Tanguy, Benjamin Peret y Rene Char. Pero el saqueo continúa.