Fue relegado por no inscribirse en el nacionalismo revolucionario, indica Rodolfo J.M.
Sábado 5 de octubre de 2013, p. 6
La obra de Francisco Tario (DF, 1911-Madrid, 1977), escritor de culto y uno de los más originales y enigmáticos en el panorama nacional, ha sido relegada por no inscribirse en el nacionalismo revolucionario del gobierno y la cultura de entonces; ahora se le rescata con al menos tres ediciones de diferentes editoriales, así lo expresó el escritor Rodolfo J.M durante la charla que dio el pasado jueves en la sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.
El narrador descubrió convencido al escritor maravilloso y casi desconocido; intentó contar el secreto del autor del libro de cuentos La noche mientras susurraba a veces, confesaba y sugería al atípico empresario y futbolista que devino creador de un mundo literario muy propio, al que comparó por este motivo con Juan Rulfo.
La desconocida del mar fue publicada por Ficticia y se aproxima la edición de una obra completa del Fondo de Cultura Económica, además de una nueva coedición del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y Jus, según se dijo en el acto.
Rodolfo J.M. afirmó que la única razón para que Tario no fuera muy conocido era “el miope y mezquino nacionalismo del medio literario mexicano, que todavía sigue creyendo que el único discurso válido es el que pretende retratar la realidad social y que confunde los valores estéticos con los ideológicos.
Ese discurso reduccionista que olvida que dentro del ser humano hay un universo más grande y desconocido del que podemos abarcar en los programas de televisión, el periodismo y la academia
.
La noche –reseñó Rodolfo J.M. durante su intervención en el ciclo Autores secretos del Instituto Nacional de Bellas Artes– utiliza como recurso hacer “hablar en primera persona a animales y objetos inanimados, y por supuesto, a los muertos transfigurados en fantasmas. Explora la locura y la soledad; lo grotesco, lo absurdo y maravilloso… una declaración de principios donde se encuentra contenido el universo que el autor habría de explorar en el resto de su obra.
“Equinoccios ha sido visto como una colección de aforismos cercana al Breviario de podredumbre, de Emil Michel Cioran… pero Francisco Tario añade uno de los ingredientes de su obra: el humor. Imposible separar el humor de la obra de Tario”.