Fiesta ciudadana, la clausura de la 13 Feria Internacional del Libro en el Zócalo
vamos a sacar al país del agujero: Poniatowska
Los moneros Helguera, El Fisgón y Hernández protagonizaron la última presentación
Domingo 27 de octubre de 2013, p. 2
Entre gritos del público de ¡Sí se pudo!
, ¡el Zócalo es nuestro!
y ¡queremos más cultura y menos policías!
, la noche del viernes fue clausurada la edición 13 de la Feria Internacional del Libro en el Zócalo, tras 10 día de actividades, durante los cuales, según cifras oficiales, se contó con una afluencia de más de 800 mil visitantes, 400 mil menos que el año pasado.
El acto protocolario estuvo encabezado por la secretaria de Cultura del Gobierno de la ciudad de México, Lucía García Noriega, quien reconoció de forma pública a los habitantes de esta urbe por la defensa ejemplar que hicieron de la feria
.
Lo anterior luego de que ella misma había anunciado el pasado 7 de octubre su cancelación debido a que policías federales mantenían cerrado el primer cuadro de la capital por encontrarse emplazados aquí centros de acopio en apoyo a las comunidades afectadas por los pasados huracanes, aunque finalmente se retractó de esa decisión.
Flanqueada por el escritor Paco Ignacio Taibo II y su esposa, Paloma Sainz Tejero, de la asociación independiente Para Leer en Libertad, quienes son los principales impulsores del encuentro, la funcionaria capitalina definió como ejemplo y aliciente esa defensa que hizo la ciudadanía de sus espacios.
Son detalles que no se notan, pero ¡qué tal la defendieron! y ¡qué tal funcionó!
, destacó.
La Secretaría de Cultura refrenda su compromiso para acercar el libro a todos los habitantes de la capital. Se seguirán aplicando acciones que cubran todas las periferias, y el fomento de la lectura seguirá siendo uno de los ejes fundamentales.
Acompañada trambién por los moneros de La Jornada Rafael Barajas El Fisgón, Antonio Helguera y José Hernández –quienes momentos antes protagonizaron una concurrida tertulia sobre movimientos sociales en México–, García Noriega expresó su gratitud para aquellas instituciones, organizaciones, editoriales, equipo técnico, voluntarios y asistentes que hicieron posible este encuentro cultural de 10 días; en específico aplaudió la labor de Paloma Sainz y Taibo II.
Reconoció la participación de las editoriales independientes, así como el apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), cuya intermediación, subrayó, permitió hacer posible este encuentro libresco sin la participación de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM), algo que, a su decir, parecía muy difícil.
Aunque la ceremonia oficial de clausura fue a las 9 de la noche, la feria prosiguió sus actividades durante cerca de dos horas más debido a que en esta última jornada se realizó una venta nocturna. Este año fueron 210 los grupos editoriales, 208 los escritores participantes y 205 las actividades realizadas.
Una de las mesas más concurridas de esta última jornada, y quizá de todo el encuentro libresco, fue la protagonizada por la periodista y escritora Elena Poniatowska durante la tarde de este viernes.
La participación de la también colaboradora de La Jornada en este encuentro editorial tuvo como pretexto su más reciente libro, El universo o nada: biografía del estrellero Guillermo Haro (Seix Barral), pero la sesión devino de manera espontánea en un tumultuoso acto de apoyo a la lucha que sostienen en esta ciudad maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) contra la reforma educativa promovida por el gobierno federal.
Poniatowska subrayó la importancia de la educación pública y gratuita para el desarrollo del país, en particular reconoció el papel que en ese sentido desempeña la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Al respecto, destacó que si todos tenemos acceso a la educación, a la posibilidad de ir a la universidad, si todos nos educamos, estudiamos, leemos, si estamos en las ferias de libros, si las defendemos, si las amamos, todos nosotros vamos a sacar a nuestro adorado y admirado país del agujero en el que ahora se encuentra
.
Acompañada por el astrónomo José Franco, director de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, la autora de La noche de Tlatelolco ubicó la importancia del astrónomo Guillermo Haro, considerado uno de los constructores de la ciencia en México y quien fue su esposo. Políticamente fue hombre de izquierda, hombre que se preocupó en Tonantzintla, Puebla, por fundar una escuela y que los niños indígenas tuvieran educación. Ahora, muchos de ellos son científicos. También se preocupó por la igualdad en la mujer, que ellas tuvieran las mismas oportunidades y pudieran salir adelante
, afirmó.
Cuestión de vocación
En un diálogo abierto con el público, el cual siempre le dio muestras de cariño y la ovacionó en todo momento, Poniatowska definió que ser escritor es resultado de la vocación, como hay quienes deciden convertirse en monjas, sacerdotes, científicos o estrelleros, como ella denomina, en son de broma, a los astrónomos.
“Es una vocación que uno debe cultivar y amar, como, por ejemplo, lo hace El Principito en su planeta, donde ama su rosa y la cuida. Así uno debe escoger en la vida lo que ama y lo que cuida, lo que acepta, incluso si tiene espinas”, subrayó.
Al termino del acto, la escritora salió cual estrella de rock del foro, en medio de un enjambre de fotógrafos, periodistas y admiradores y se dirigió a la carpa en donde los autores firmaron libros, ahí la esperaba una fila de por lo menos 50 metros.
La última presentación pública de la feria fue la mesa redonda en la que los moneros de La Jornada: El Fisgón, Helguera y Hernández informaron y chacotearon en torno de las reformas impulsadas por el actual gobierno federal: la educativa, la fiscal y la energética.