Recibirá la Medalla al Mérito Fotográfico por sus más de 60 años en el oficio
Nada garantiza aún la permanencia de la imagen digital, por eso no dejo el blanco y negro, dice
Miércoles 30 de octubre de 2013, p. 4
“Mi alter ego, mi paso por el mundo, está en los cien mil negativos que conforman mi archivo fotográfico”, señala Paulina Lavista (DF, 1945).
Para reconocer su entrega y pasión por el oficio al que ha dedicado más de seis décadas de su vida, el 7 de noviembre la artista recibirá la Medalla al Mérito Fotográfico que otorga el Sistema Nacional de Fototecas del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
La ceremonia se realizará en la edición 14 del Encuentro Nacional de Fototecas que se realizará en Pachuca, Hidalgo.
Aunque en un principio Lavista pensaba dedicarse al cine, fue atraída hacia la fotografía porque al captar la realidad se dio cuenta de que ahí estaba la verdad, en el teatro de la vida, en lo que el hombre hacía, por ejemplo, su arquitectura. Así fue como inicié un registro basado en un principio que parte de Paul Valery: el personaje va por el mundo
, explica en entrevista con La Jornada.
Añade que con un ímpetu de juventud que no la abandona, se lanzó al mundo a documentar con su cámara todo lo que me parecía notable, ya sea porque era algo circunstancial o porque me hacía tener el alma sensible.
Momentos dados
Paulina Lavista mantiene su archivo en casa y nunca permite que nadie imprima de sus negativos. No sólo lo hace para asegurarse de que el material no se dañará con los químicos, sino porque significa un placer que disfruta. Está convencida de que la fotografía en blanco y negro mantiene la potencia de permanecer muchos años
, en contraste con lo que sucede con impresiones a color o con la foto digital.
En su acervo, además de retratos (de personajes como Jorge Luis Borges, Octavio Paz, Jorge Ibargüengoitia, Juan José Gurrola, Manuel Álvarez Bravo, Rufino Tamayo y su esposo Salvador Elizondo), hay imágenes de la vida cotidiana de la ciudad de México, “y uno que otro viaje a Europa, a Colombia, a Guanajuato. Me hubiera gustado viajar más, ser fotógrafa de la revista National Geographic, por ejemplo. Pero me gané la vida con mi cámara, haciendo también fotos de desnudos femeninos y de arquitectura. Todo mi archivo está positivado y en muy buen estado”.
Hace unos meses presentó su exposición Momentos dados, la cual cataloga como una conclusión de mi trabajo. El título está basado en un poema de Mallarmé y se refiere a que el fotógrafo, al saber su técnica y ser sensible, se encuentra con momentos que le son dados por el azar y que no puede abolir. En la muestra presenté muchos de esos momentos que me han sido dados
.
La artista, quien realiza la serie documental Luz propia, para Tv UNAM, y prepara un libro de retratos, reitera: Nunca he abandonado la fotografía a pesar de que ahora es muy difícil conseguir los materiales. Ya no existen rollos para transparencias a color, y lo digital me gusta, pero si esas fotos no se trabajan o se imprimen se pierden. Todavía no hay nada que garantice su permanencia. Por eso no dejo el blanco y negro, es lo que perdura
.
La fotógrafa señala que fue precisamente Salvador Elizondo (1932-2006), quien influyó en ella para dedicarse de lleno a su oficio, “pues en su revista Snob fue de los primeros en darle categoría de arte a la foto”.
En el acto de entrega de la Medalla al Mérito Fotográfico, también se dará un galardón al fotógrafo Rubén Pax y a la Fototeca Nacho López de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.