Carolina Valencia empezó a practicar la halterofilia casi por casualidad y sin saber muy bien de qué se trataba, pero hoy, después de 13 años de arduo trabajo y un camino bastante complicado, logró un resultado histórico: ser la primera mexicana en subir al podio en un campeonato mundial de la disciplina.

La quintanarroense, de apenas 1.46 metros de estatura, relata que desde temprana edad le ha gustado practicar deporte, pero el que más le atraía era el atletismo. Sin embargo, fue en mis tiempos de estudiante cuando un profesor me dijo que por mi estatura y complexión me convenía más ser pesista.

¿Pesista?, ¿qué es eso?, le pregunté..., describe antes de estallar en una sonora carcajada.

Luego continúa: “Bueno, pero como soy muy curiosa y me gusta el deporte, fui al gimnasio y ahí me enseñó lo que es el arranque, el envión, que es con lo que se compite en justas internacionales.

Después me empezó a instruir en la técnica y seguí entrenando hasta que fui a la Olimpiada Nacional 2001. Competí y gané, ¡y yo ni enterada!

En entrevista con La Jornada, recuerda que para ella fue muy fácil aprender. La complexión y la práctica previa de otros deportes me ayudó a llegar al levantamiento de pesas en una condición muy buena, lo cual me facilitó romper marcas rápidamente y ya llevo 13 años en esta disciplina.

Sin embargo, no todo ha sido sencillo para la atleta de 28 años, pues reconoce que a lo largo de toda su carrera ha habido situaciones buenas y malas.

Precisamente, la más reciente de esas malas situaciones sucedió el año pasado, cuando por decisión de la Federación Mexicana de Levantamiento de Pesas, presidida por Rosalío Alvarado, no asistió a los Juegos Olímpicos de Londres 2012, a pesar de tener los requisitos necesarios para competir.

Pero este año tuvo su revancha, pues consiguió tres medallas de bronce y el tercer lugar por equipos en el Mundial de la especialidad realizado en Polonia, con lo que se convirtió en la primera mexicana en subir al podio en una competencia de este tipo.

Sin embargo, no considera que este triunfo sea una cachetada con guante blanco para la federación de su disciplina, ni para la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), y mucho menos para el Comité Olímpico Mexicano (COM).

Más que eso, es una satisfacción personal y un paso más que debía dar en mi carrera. Estoy consciente de que este sólo es un pasito para alcanzar mi gran objetivo, que es llegar a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, expresa sonriente.

Luego reflexiona y señala: “Tengo los pies bien puestos en la tierra, y aunque logré esta meta, sé que debo seguir preparándome para lograr mi sueño.

Cuando se decidió que no iría a Londres 2012 me retiraron todos los apoyos, pero gracias a mi familia, amigos y al gobierno de Quintana Roo logré salir adelante. Me di cuenta de que los sueños sí pueden hacerse realidad, y ahora buscaré cumplir el próximo”.