El impresor y tipógrafo Juan Pascoe expresó en un ex templo del Centro Histórico, hoy convertido en biblioteca: Es muy común oír decir que el libro impreso ha llegado a su fin. Y sin embargo, entré a la ciudad de México hace tres días y en el viaje del autobús al Centro, en el Metro vi que la cuarta parte de los pasajeros leían libros y no tabletas.

Así lo afirmó durante la inauguración de la muestra Grabados y libros, del artista italiano Fulvio Testa, en la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada, donde se exhiben casi una veintena de libros con tirajes de apenas cien ejemplares o menos resguardados en cuatro vitrinas, además de una docena de grabados en técnicas de aguatinta y aguafuerte que transmiten corpos, almas, paisajes y bestiarios vegetales. Un ejemplo del arte de la impresión que impedirá la desaparición del libro como objeto de gozo y placer.

Entre ustedes, soy el que insiste en imprimir de la manera tradicional porque considero que es un arte y se debe fomentar, dijo Pascoe, fundador del Taller Martín Pescador, al tomar la palabra para presentar a Fulvio Testa, uno de los más destacados ilustradores de Italia, con numerosas exposiciones en Europa y Estados Unidos.

Pero existe la idea en un pequeño grupo de personas de que hacer libros es lo más exaltado, lo más refinado de la actividad humana. Indicó que cuando le pidieron escribir sobre la exposición no sabía nada sobre el autor, pero al ver su obra tuvo el entendimiento de que somos espíritus afines. Él no es impresor, sino hacedor de gráfica, pero su interés en la forma del libro es aún mayor porque funda la imagen con la letra.

Fulvio Testa señaló: Es un trabajo marginal, porque es silencioso; son pocos ejemplares. Agregó que no se puede explicar, pero sí decir la diferencia, pues cada libro tiene su vida y es un trabajo conjunto entre idea, posibilidad de realizarla y la imagen. Si sale la idea es un suceso.

85 años de la biblioteca

La muestra se complementa con un ejercicio de experimentación, consistente en una serie de acuarelas que en la parte de atrás, poetas de todo el mundo han ido escribiendo. Cada hoja es un espejo, donde se conjuntan manchas de colores y letras manuscritas. Fabio Morábito es el único autor mexicano que ha participado en la serie integrada hasta ahora por 39 piezas, de las cuales cuatro se incluyen en la exposición.

En primer plano Fulvio Testa (al micrófono), Juan Pascoe y José Ramón San Cristóbal, ayer, en el edificio de República del Salvador 49, Centro HistóricoFoto Jesús Villaseca

En ese edificio colonial del Centro Histórico se subrayó que la exposición se suma a la celebración por el 85 aniversario de la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada, fundada en 1928 y bajo custodia de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

José Ramón San Cristóbal Larrea, director general de Promoción Cultural y Acervo Patrimonial de la Oficialía Mayor de la SCHP, señaló sobre la obra expuesta y su autor que “la calidad de sus grabados, así como la belleza tipográfica de sus ediciones, dan idea del valor y la importancia de su obra.

La conversación, por así decir, con la propia biblioteca hace más propicia la exposición de sus libros toda vez que los lectores asiduos a la sala del antiguo oratorio de san Felipe Neri podrán admirar de una manera exquisita el arte editorial, una tradición muy antigua en Italia y destacadamente en Verona, ciudad en la que nació Fulvio en 1947.

Por su parte, el escritor y editor Marco Perilli señaló que su petición a Testa de un grabado hace un año fue el origen de la muestra que concluirá en marzo de 2014. Veo que es un fiesta de libros, impresores, editores y libreros. Se trata de libros en la manera más genuina, más sensible, incluso más gratuita.

Relató que cuando el grabador italiano visitó los frescos de Vlady que adornan los muros de la biblioteca, recibió la propuesta de exhibir su obra en el ex templo ubicado en la calle de República de El Salvador 49.

Entre el acervo bibliográfico de edades centenarias, así como la obra artística de papel y tinta, Pascoe pidió seguir con la hechura de libros como extensiones de nuestra capacidad creativa. No me importa, voy a seguir haciendo libros. Cuando a ustedes se les acabe la electricidad y no puedan cargar sus celulares o sus tabletas, por favor vengan conmigo y con Fulvio porque les vamos a proveer, no solamente libros, sino de experiencias redondas, humanas y estéticas.