Wellington, 8 de noviembre.

Nueva Zelanda es más conocida por los All Blacks del rugby y no por los All Whites del futbol, por eso no hay duda de quién en los papeles es la víctima en el duelo que la enfrentará a México por un lugar en el Mundial de Brasil.

La selección neozelandesa ocupa el puesto 79 en el ranking de la FIFA, frente al 24 de México, y además perdió 3-0 cuando ambos equipos se enfrentaron por última vez, en 2011 en Denver.

Los All Whites se han clasifificado únicamente dos veces en su historia para una Copa del Mundo: en España 1982 y Sudáfrica 2010. Por eso, en Nueva Zelanda el duelo ante los mexicanos se presenta como una pelea de David contra Goliat.

El equipo oceánico espera que la presión recaiga sobre el Tricolor, que el próximo miércoles albergará el primer duelo de la serie de repesca.

Ayer se informó que ya se agotaron los boletos para el estadio Azteca, donde se espera la asistencia de unas 100 mil personas.

“Nunca estuvo antes en una situación de playoff (el Tri) y allí hay una expectativa máxima de estar en el Mundial y tener éxito”, advirtió el entrenador neozelandés Ricki Herbert.

Admitió que fue un duro golpe perder al capitán del equipo, Winston Reid, por una lesión en el tobillo, pero el equipo también echará de menos al ex capitán Ryan Nelsen, quien se retiró del futbol internacional en enero pasado y que fue el gran inspirador del equipo durante el Mundial de 2010, en el que los neozelandeses hicieron un digno papel con tres empates.

Esta vez, los All Whites tienen al menos un timonel de tiempo completo, pues en la anterior campaña hacia la copa Herbert compaginaba el trabajo con el de técnico del único equipo profesional del país, Wellington Phoenix.

El veterano Ivan Vicelich anticipó que serán un equipo ultradefensivo: Nos espera un juego difícil. México es un cuadro muy competitivo. Ha intervenido en muchos mundiales y eso le da experiencia, más allá del mal momento por el que pasa. Sus jugadores son buenos y capaces de cambiar el rumbo del partido en un segundo.