Pueblos inundados, deslaves y cortes de luz, parte de los primeros reportes
Sábado 9 de noviembre de 2013, p. 19
Manila, 8 de noviembre.
Con ráfagas de hasta 380 kilómetros por hora, el súper tifón Haiyan –categoría 5, el más fuerte de todo el año en el mundo– azotaba este viernes el archipiélago de Filipinas. Los primeros reportes daban cuenta de más de 100 muertos, pueblos inundados, deslizamientos de tierras y cortes del suministro eléctrico.
En las primeras horas de este sábado las autoridades indicaron que, a su paso por la provincia de Leyte, el meteoro casó al menos 100 decesos. Los cadáveres están esparcidos por las calles de Tacloban, manifestó John Andrews, subdirector de la oficina de aviación civil, en declaraciones a la televisión. Tacloban es la capital de la provincia y tiene más de 200 mil habitantes.
Patrick Fuller, portavoz de las sociedades de la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, dijo que “el impacto humanitario de Haiyan amenaza con ser colosal”.
Haiyan azotó el extremo norte de la provincia de Cebú y se dirigía al noroeste hacia la isla de Boracay –destinos turísticos– tras golpear las islas centrales de Leyte y Samar con olas de entre 5 y 6 metros y vientos sostenidos de 235 kilómetros por hora, así como ráfagas de 275, informó la oficina nacional de meteorología de Filipinas, Pagasa.
Otras organizaciones meteorológicas calcularon la velocidad del viento en 315 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 380.
El gobierno del presidente Benigno Aquino advirtió que al menos 12 millones de personas corrían riesgos, incluidos residentes de Ciudad Cebú, que cuenta con unos 2.5 millones de habitantes, y de otras áreas que aún intentan recuperarse de una tormenta de 2011 –que provocó muertos– y de un terremoto de magnitud 7.2 el mes pasado.
“El meteoro quizá tocó tierra con vientos de 313 kilómetros por hora (kph). Esto lo hace el más fuerte –que haya impactado tierra– del que haya registro”, aseveró Jeff Masters, experto en huracanes y director de meteorología en Weather Underground, con sede en Estados Unidos.
Cerca de un millón de personas se refugiaron en 29 provincias, después de que el presidente Aquino pidió a los habitantes que se encontraban en la trayectoria de Haiyan que abandonaran áreas vulnerables, como orillas de ríos, pueblos costeros y laderas de montañas.
El meteoro entró por el este del archipiélago para dirigirse hacia el oeste. Al llegar a la costa no perdió fuerza, como normalmente sucede, sino mantuvo su intensidad, de entre 235 y 275 kilómetros por hora, por lo que se le bautizó como súper tifón
(nombre que se da cuando los vientos superan los 240 kph), según la Pagasa.
Al cierre de esta edición no se conocía el número exacto de víctimas, debido a que los vientos causaron la interrupción de las comunicaciones en las islas principales.
Mi peor temor es que haya un pérdida masiva de vidas y bienes
, sostuvo Roger Mercado, gobernador de la provincia Leyte del Sur.
Además de las pérdidas humanas el tifón causó el cierre de 13 aeropuertos, cortes del fluido eléctrico, deslaves y deslizamientos de tierra al menos en Samar, Leyte y Bohol, las tres islas más grandes del país.
Cuando el meteoro aún golpeaba al archipiélago, el Consejo Nacional de Desastres estimó que los daños rondarán el millón de dólares.
Las carreteras están intransitables. Hay algunos deslaves
, reportó Mercado.
Más de 100 casas ubicadas en la costa quedaron dañadas y los deslaves destruyeron viviendas en las laderas. Sin embargo, apuntó, en la provincia aún no se han registrado víctimas.
En la provincia de Samar, las vías de comunicación con algunas ciudades estaban cortadas, señalaron funcionarios.
Toda la provincia está sin electricidad
, aseguró la gobernadora de Samar, Sharee Tan, a Reuters. Arboles caídos, postes eléctricos derribados y otros escombros bloqueaban las carreteras, agregó.
Las autoridades suspendieron los servicios de ferry y pesca, y cerraron 13 aeropuertos. Casi 450 vuelos domésticos y ocho internacionales fueron cancelados. La Organización de Naciones Unidas anunció que trabaja con las autoridades locales para evaluar los daños y preparar recursos para los afectados.