Los tratamientos más novedosos no están en los cuadros básicos, señalan
En instituciones de seguridad social no se garantiza el abasto de medicamentos, lamentan especialistas
Con frecuencia las escuelas envían a las clínicas niños con diagnósticos erroneos, advierten
Domingo 5 de enero de 2014, p. 29
El estigma y una deficiente información sobre los tratamientos clínicos y de medicamentos para el control de las enfermedades mentales favorece el mal uso y, por lo tanto, efectos indeseados en los pacientes; sin embargo, en México el principal problema es la falta de acceso a las terapias que ayuden a los afectados a recuperar su salud y realizar sus actividades cotidianas, aseguraron especialistas en el manejo de trastornos siquiátricos.
Aunque en las instituciones de seguridad social existen algunas clínicas de tratamiento y medicamentos, no siempre se garantiza el abasto, además de que las terapias novedosas de alto costo todavía están fuera de los cuadros básicos. En el caso del Seguro Popular, se incluyeron algunas formulaciones, pero son insuficientes para garantizar el mejor tratamiento a todos los enfermos. Además el número de unidades y de personal médico es muy limitado, explicaron.
Con respecto a los tratamientos farmacológicos, estos tienen duraciones entre seis y 12 meses, pero al ser de alto costo es difícil que los pacientes los adquieran o que mantengan el apego a las terapias durante el tiempo necesario. De ahí que cuando se omiten las dosis o se suspenden abruptamente pueden presentarse otros trastornos, explicó María Eugenia Muñoz, siquiatra de adultos y adultos mayores.
Las secuelas no esperadas también ocurren cuando las dosis prescritas son incorrectas y en otros casos, son conocidos los efectos secundarios que se pueden desarrollar con el consumo de sicotrópicos. El problema se genera cuando los médicos no transmiten esa información a los pacientes y surge una impresión falsa sobre los beneficios de los medicamentos.
La especialista del Centro Integral de Salud Mental (Cisame) resaltó que durante las décadas recientes ha habido un crecimiento notable en la producción de nuevas formulaciones de diferentes familias
para el control de los trastornos del sistema nervioso central como depresión, ansiedad, bipolaridad y en niños el déficit de atención e hiperactividad, entre los más frecuentes. Cada fármaco tiene indicaciones específicas y su administración (dosis) depende de la situación de cada persona, indicó.
En el caso de los niños, el abordaje médico es dual porque se involucra a los padres de familia, explicó Pilar Bueno, médico paidosiquiatra. Resaltó que son frecuentes los casos de pequeños referidos por las escuelas que llegan a la clínica ya con un diagnóstico
de trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
Sin embargo, dijo, luego de la entrevista con los padres y la revisión del niño o niña, lo que encontramos es una conducta disruptiva provocada por una situación emocional de enojo, ansiedad o irritación provocada por la dinámica familiar: si los padres pelean, o están ausentes, entre otros.
En otros casos, cuando resultado de la revisión médica se encuentra que existe una alteración mental, los padres de familia y en general, la población, no comprende cómo un siquiatra puede realizar un diagnóstico y recomendar alguna medicación sin antes efectuar estudios de imagen o laboratorio.
Todo depende, señaló la también experta del Cisame, de la experiencia de los médicos siquiatras para transmitir la información a sus pacientes y generar la confianza que se requiere para llevar el tratamiento con éxito. Cuando esto no se logra vienen los efectos indeseados y las percepciones de que los medicamentos no sirven o generan dependencia, dijo.