Guadalajara, Jal., 5 de enero.

La aplicación del mando único policiaco en Jalisco, desde marzo pasado, no ha abatido la inseguridad en el estado, que se ubica en el tercer lugar nacional, sólo detrás del estado de México y el Distrito Federal, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Inseguridad Pública 2013, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Si bien 2013 fue el año con menos asesinatos perpetrados con armas de fuego en la entidad en el trienio reciente, con mil 421 (en 2012 se perpetraron mil 537 y en 2011, mil 524), otros delitos se dispararon, entre ellos el asalto bancario, que impuso récord con 137 casos en el año.

En Guadalajara (la tercera ciudad más poblada del país, con un millón 495 mil 182 habitantes) y su zona conurbada se cometieron 895 homicidios, 94 menos que en 2012 y 30 menos que en 2011, según el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses.

En agosto comenzó a observarse una disminución de los crímenes, según estadísticas oficiales, con menos de 70 por mes, en promedio, cuando en marzo se reportaron 105.

En ese mes Luis Carlos Nájera fue nombrado fiscal general del estado, luego de una reforma a la Ley de Seguridad que abrió paso al mando policiaco único a cargo de ese funcionario, quien, en el sexenio pasado, encabezado por el panista Emilio González Márquez, fue secretario de Seguridad Pública de Jalisco y antes dirigió la policía de Guadalajara.

Con dificultades, a partir de entonces se dio entrenamiento a un grupo de élite de policías estatales y municipales que se encarga de delitos de alto impacto.

Para atender persecuciones o narcobloqueos se integró una coordinación de las policías municipales bajo el mando de Nájera, con pocos resultados.

Si bien la región centro de Jalisco –con Guadalajara como ciudad principal– fue la más violenta durante 2013 y en ella se cometieron casi dos tercios de los homicidios reportados, hubo otras donde crecieron los asesinatos y superaron a la región costa norte, donde se localiza Puerto Vallarta y se perpetraron 50 asesinatos.

En la región Valles, formada por 14 municipios, entre ellos Cocula y Tequila, se documentaron 89 crímenes; en la región Ciénega, en los límites con Michoacán, junto al lago de Chapala, sumaron 84, y en la región sur, que incluye Ciudad Guzmán, 59.

La centralización del mando policial tampoco impidió que en 2013 se dispararan en Jalisco los asaltos bancarios, de 112 a 137; no obstante, la fiscalía presumió haber resuelto 70 por ciento de los casos y haber detenido a varias bandas.

Los asaltos a bancos aumentaron a raíz de que disminuyó la protección de las policías municipales a las sucursales ante la demanda ciudadana de más vigilancia en las colonias.

En febrero pasado, a unos días de terminar su mandato, González Márquez presentó el informe Jalisco: más allá de la guerra contra las drogas, según el cual, de millón y medio de delitos que se cometen en la entidad, más de un millón 300 mil no son denunciados.

El estudio, que abarca el periodo 2007-2012, arrojó que en 2007 se reportaron 70 ejecuciones en 12 de los 125 municipios, y en 2011 la cifra llegó a 605 en 77 municipios.

En ese lapso, en Zapopan los homicidios ligados al crimen organizado aumentaron de siete a 200; en Guadalajara, de 15 a 153; Tlaquepaque, de tres a 79; Tlajomulco, de seis a 43, y en Tonalá, de siete a 39.

En 2013, ya con el mando único, las cifras fueron muy similares, con más de 24 ejecuciones por cada 100 mil habitantes, cuando en 2007 la tasa era de 9.6; un aumento de más de 150 por ciento en un sexenio.