Los países tienen el reto no sólo de la recuperación tras la crisis económica más grande de nuestras vidas, sino de rescatar el tejido mismo de nuestras sociedades, la confianza en nuestros gobiernos, nuestras instituciones y nuestros modelos económicos, advirtió el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Ángel Gurría, tras señalar que entramos a 2014 con más de 200 millones de desempleados a nivel mundial, de los cuales 75 por ciento son jóvenes, a lo que se suma el aumento de las desigualdades que son el coctel molotov de nuestra era.

Sostuvo que las reformas estructurales aprobadas en México serán de gran impacto y sus resultados se empezarán a ver dentro de 12 a 36 meses.

Advirtió que el diablo está en los detalles. Espero que los dentistas del Congreso, al aprobar las leyes secundarias, no le quiten las muelas a las reformas. Anticipó para México un crecimiento de 3.8 para este año y de 4.2 en 2015.

Al participar como ponente en la 25 reunión anual de cónsules y embajadores de México, en la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Gurría convino en que si bien hay signos claros de recuperación, como el dinamismo de la economía estadunidense y que su crecimiento es impulsado por la iniciativa privada, o que Europa ha dejado atrás los riesgos de la recesión, esas noticias de ninguna manera deben ser motivo de complacencia. La economía internacional sigue enfrentando retos muy complejos. La crisis nos ha dejado legados muy pesados.

El también ex canciller y ex titular de Hacienda subrayó que la salida de la crisis avanza a pasos lentos. En los países de la OCDE el crecimiento promedio alcanzó apenas 1.2 por ciento, agravado por una desaceleración de las economías emergentes que fueron las locomotoras antes de la debacle.

Otro de los legados de este fenómeno es la crisis laboral y social de magnitudes y consecuencias preocupantes, y de igual manera se ha incrementado la falta de equidad.

En la mayor parte de los países de la OCDE, las desigualdades aumentaron más entre 2007 y 2010 que durante los 12 años previos. Este es un problema global que demanda soluciones urgentes, apuntó.

Un elemento más es la creciente pérdida de confianza en nuestros gobiernos, que en los países de la OCDE se redujo, en promedio, de 45 a 40 por ciento.

Gurría destacó entre las acciones para reparar el motor del crecimiento la aplicación de más y mejores reformas estructurales promotoras de más y mejores empleos; los gobiernos deben redoblar esfuerzos en mejorar las habilidades y destrezas de sus ciudadanos.

Es necesario mantener mercados abiertos al comercio y la inversión; revisar las regulaciones que restringen la competencia y promover el crecimiento verde, agregó. No podemos regresar a las formas de crecimiento contaminante que han puesto en jaque a nuestro planeta, expuso.

Consideró que en 2014 México hará una contribución histórica a la construcción de una economía más fuerte, incluyente y sustentable.