Ciudad Juárez, Chih., 11 de enero.

En 2011, el empresario Carlos Gutiérrez, originario de Chihuahua capital, fue secuestrado por cuatro hombres que le cortaron los pies porque se negó a pagarles más extorsiones. Ahora vive en El Paso, Texas, y recorre ciudades de Estados Unidos en una bicicleta para denunciar la impunidad en este delito y solicitar asilo.

Es uno de los casi 10 mil solicitantes mexicanos de asilo registrados hasta finales de 2013 en Estados Unidos, de los cuales solamente 126 han sido aceptados, manifestó Carlos Spector, abogado especializado en temas migratorios de El Paso.

Carlos Gutiérrez tiene su casa en Chihuahua, capital donde firmó concesiones de actividades deportivas; sin embargo, en 2011, miembros de la delincuencia organizada comenzaron a demandarle pagos hasta de 10 mil dólares al mes para permitirle seguir operando su empresa.

Se fue a la quiebra

Durante un tiempo pagó por temor, pero se fue a la quiebra y no pudo seguir entregando las cuo- tas, por lo que el 30 de septiembre de 2011, hombres armados lo capturaron, le cortaron las piernas y luego de ser atendido por un médico solicitó asilo político en El Paso, Texas.

Spector dijo que desde octubre de 2013, grupos de ciclistas encabezados por Gutiérrez han viajado a Austin, capital de Texas –entre otros puntos– para llamar la atención de las autoridades migratorias estadunidenses del terror que padecen las familias que han tenido que huir de México.

Gutiérrez, quien vende burritos para mantener a su familia, pues no puede trabajar en forma legal, argumenta: Que no nos vean como ladrones, intrusos, que no crean que estamos jugando con el sistema, esto es la realidad, no estamos ocultando, ni inventando, a mí me amputaron los pies.

Gutiérrez demanda que le den asilo, como se lo otorgado a gente procedente de Cuba o de Venezuela, pues la ley de Estados Unidos otorga ese beneficio a aquellos que demuestran que son perseguidos por pertenecer a un grupo social o determinada raza, religión, nacionalidad o tener cierto estatus político.

Dijo que los mexicanos solicitantes de asilo tienen problemas para convencer a las cortes estadunidenses de que sus casos entran en alguna de esas categorías, con tasas de aprobación de asilo de apenas uno o dos por ciento de solicitantes.

En contraste, lo recibieron más de la cuarta parte de los solicitantes de asilo de otros países latinoamericanos, como Colombia y Venezuela el año pasado.