Tel Aviv, 11 de enero.

Después de ocho años en coma, el ex primer ministro israelí Ariel Sharon murió hoy a los 85 años en un hospital cercano a esta capital. El militar y líder de la derecha será enterrado el lunes en un funeral de Estado cerca de su rancho, al sur del país. El deceso provocó reacciones entre los palestinos, quienes lamentaron que hubiera muerto sin responder por sus crímenes, mientras llegaron a Israel condolencias de todo el mundo.

Sharon falleció en el Centro Médico Sheba, cerca de Tel Aviv, tras permanecer en coma desde enero de 2006, cuando sufrió una apoplejía mientras ocupaba el cargo de primer ministro. Su salud comenzó a deteriorarse la semana pasada.

El Estado de Israel se inclina ante la muerte del ex primer ministro Ariel Sharon, declaró el premier israelí Benjamin Netanyahu en un comunicado, en el cual expresó su profundo pesar.

Agregó que la memoria del ex primer ministro vivirá “para siempre en el corazón de la nación.

Mi querido amigo Arik Sharon perdió su última batalla, lamentó el presidente Shimon Peres, llamando con ese diminutivo a quien fue su adversario político durante muchos años. El féretro será llevado a un rancho familiar del sur de Israel, no lejos de la frontera con Gaza, donde Sharon deseaba ser sepultado.

Jibril Rabub, dirigente de Fatah, movimiento del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, declaró: Era un criminal, responsable del asesinato de (el líder palestino Yasser) Arafat, y esperábamos que compareciera ante la Corte Penal Internacional como criminal de guerra.

Sami Abu Zuhri, vocero de Hamas en el poder en la franja de Gaza, indicó que la muerte de Sharon es un ejemplo para todos los tiranos. Además, calificó de momento histórico la desaparición de este criminal con las manos cubiertas de sangre palestina.

Cientos de simpatizantes de la formación Yihad Islámica quemaron fotos de Sharon y distribuyeron dulces y galletas en señal de alegría en Jan Yunes, en el sur de la franja de Gaza.

Sharon era conocido como El Buldózer, en parte por su deseo de aplicar políticas de línea dura, como la expansión de los asentamientos en territorios que Israel capturó en la guerra de 1967. Además, se ganó la enemistad de los árabes por planificar la invasión a Líbano en 1982, durante la cual sus aliados de las milicias cristianas mataron a palestinos en los campos de refugiados de Sabra y Chatila en el sur de Beirut.

Eventualmente fue forzado a renunciar al cargo de ministro de Defensa en 1983, después que una investigación israelí concluyó que tuvo responsabilidad personal por no hacer nada para impedir el derramamiento de sangre.

La enfermedad de Sharon lo atacó poco después de su renuncia al partido de derecha Likud y de que fundó una facción de centro con el interés declarado de avanzar en el proceso de paz con los palestinos, cuyos levantamientos entre 2000 y 2005 encaró como primer ministro.

Los palestinos lo acusaron de provocar su intifada con una visita a la mezquita Al Aqsa de Jerusalén. También enojó a muchos con el avance del ejército israelí sobre áreas autogobernadas de Cisjordania tras una serie de ataques suicidas palestinos, y el asedio a Arafat en Ramalá.

Sorprendió a muchos cuando, en 2005, ordenó el retiro de tropas y colonos que se asentaron en la franja de Gaza. La salida condujo a que Hamas tomara el control de Gaza tras un proceso electoral.

Los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Francia, François Hollande, así como el primer ministro británico, David Cameron, presentaron sus condolencias.

El ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton y su esposa Hillary consideraron que Sharon dio su vida por Israel.

El gobierno de México lamentó la muerte de Sharon y expresó al gobierno y al pueblo de Israel sus sinceras condolencias.