La ola de inseguridad que afecta a algunos estados del país puede convertirse en un factor determinante para decidir hacer o no nuevas inversiones, además de que encarece la operación de las empresas por el gasto en vigilancia y las obliga a migrar hacia otras regiones e incluso fuera de México, advirtió el director de estudios económicos y planeación estratégica del grupo financiero Scotiabank, Mario Correa.

Nada garantiza que los eventos de inseguridad hasta ahora acotados en algunos estados del país no puedan extenderse y causar daños en las regiones económicas donde se presentan, dijo al informar sobre los pronósticos económicos de Scotiabank para este año.

La violencia y la inseguridad, añadió, tienen impacto en las regiones donde se presentan porque las inversiones se mueven hacia donde hay mejores condiciones. Por el momento no percibo grandes preocupaciones en los mercados financieros, pero eso genera costos adicionales para las empresas. Hasta ahora no es un tema generalizado, pero si aumenta podría incidir en la economía del país.

En la última encuesta sobre las Expectativas de los especialistas en economía del sector privado que realizó el Banco de México en diciembre, los problemas de inseguridad pública son la tercera causa que se percibe como que podría obstaculizar el crecimiento económico del país.

Para el economista en jefe de Scotiabank los riesgos relevantes, en orden de importancia, son la elevada incertidumbre inherente al escenario económico mundial, es decir, los mayores riesgos para el desempeño de la economía continúan percibiéndose en el entorno externo; que las leyes secundarias de las reformas estructurales resulten insuficientes para alcanzar los objetivos que persiguen; que se deteriore la situación de inseguridad al grado de afectar el desempeño de la economía, y que continúe la atonía en la inversión ante un choque de expectativas más profundo de lo esperado.

Recuperación en ciernes

Sin embargo, el economista en jefe de Sotiabank manifestó que en materia de crecimiento económico este año se observa mejor que el anterior. Con base en sus cálculos pronosticó que la economía nacional podría alcanzar una expansión de 3.3 por ciento en 2014, sin tomar en cuenta el impacto derivado de las reformas estructurales, en particular la del sector energético.

Calculó un crecimiento del PIB (producto interno bruto) de 3.3 por ciento; la creación de 713 mil empleos y una inflación que puede llegar a 4.3 por ciento, por arriba del estimado del Banco de México. A pesar de la recuperación en la economía de Estados Unidos, afirmó, el entorno global sigue complicado y el cambio de política monetaria de la Reserva Federal de ese país puede afectar a los mercados emergentes. También estimó un tipo de cambio al cierre de diciembre en 13.40 pesos por dólar y una tasa de interés interbancaria a un día de 4 por ciento al cierre del año.

El crecimiento económico repuntará durante 2014 por diversas razones, entre las que destacan un mayor dinamismo en la demanda externa derivada de una aceleración en la actividad económica de Estados Unidos, especialmente en su sector industrial; la reactivación de la demanda interna, tanto en el consumo privado como en la inversión, una vez que los factores que afectaron su desempeño en 2013 quedaron superados; un gasto público más fuerte y oportuno; repunte de la inflación de forma moderada y transitoria y, por consiguiente, un ajuste de la política monetaria del Banco de México, previó Mario Correa.