Panorama regional
El retiro del estímulo monetario en EU afectaría las inversiones en la región, se prevé
Martes 14 de enero de 2014, p. 24
El panorama económico para América Latina en 2014 parece bastante positivo, dados los sanos fundamentos macroeconómicos (en particular bajas proporciones de deuda), resistente demanda interna y avance en reformas estructurales en algunos países, que apuntalan un repunte del crecimiento a 3.2 por ciento (en 2013 fue de 2.7 por ciento) y preparan el escenario para un desempeño aún más sólido en 2015-18 (con un crecimiento anual promedio de 3.7 por ciento). Sin embargo, continuarán los riesgos externos e internos, que pondrán a prueba la resistencia de las economías de la región a corto plazo.
Panamá, Perú y Bolivia tendrán las mayores tasas de crecimiento en 2014 (7, 5.7 y 4.8 por ciento, respectivamente), en tanto El Salvador, Jamaica y Venezuela quedarán rezagadas (1.8, 1.1 y una contracción de 1.6 por ciento, respectivamente). Paraguay, Chile, Nicaragua y Colombia también tendrán buen desempeño, con tasas de 4.5 o más. México y Brasil, con 3.4 y 2.6 por ciento, respectivamente, serán decepcionantes, dado el enorme potencial de sus mercados internos y sus muchas ventajas competitivas. Mientras las perspectivas de crecimiento a mediano y largo plazos de México son positivas a la luz del rápido avance hecho por su gobierno este año en cuanto a reformas estructurales, las de Brasil parecen menos prometedoras, dadas las persistentes debilidades estructurales.
A continuación, un repaso de los principales temas en la región durante 2014.
La Fed cierra la llave
La Reserva Federal de Estados Unidos anunció en diciembre que comenzará a reducir gradualmente su tercer programa de compra de activos a gran escala (liberación cuantitativa tres o QE3) en enero de 2014, a la vista de los sólidos datos económicos recientes. Esto sugiere que comienza una recuperación más fuerte en ese país (por ahora prevemos un crecimiento de 2.6 por ciento en 2014, contra 1.7 en 2013). El retiro gradual del estímulo monetario extraordinario (que inundó la economía mundial con más de 3 billones de dólares en los cinco años pasados) tiene el potencial de crear volatilidad del mercado (como mostró la fuga en masa de capitales de muchos mercados emergentes luego del anuncio de la Fed en junio) y podría afectar la inversión en la región entre el corto y mediano plazos. Sin embargo, América Latina ha dado grandes pasos para reducir sus tradicionales vulnerabilidades fiscales y externas, y el monto sin precedente de sus reservas internacionales (835 mil millones de dólares en 2012) proveerá mayor protección frente a la volatilidad de divisas. La contención de la Fed ayudará a revertir las recientes presiones de apreciación de las divisas en AL a corto plazo y dará cierto apoyo a las exportaciones manufactureras de la región. Sin embargo, una liquidez internacional más restringida y el mayor atractivo de las economías de la OCDE creará un ambiente más desafiante para la región en sus esfuerzos por atraer inversiones.
Perspectivas aún débiles en la zona euro
Aunque el riesgo de un colapso en la zona euro o de nuevos impagos de deuda se ha reducido en forma significativa debido a los esfuerzos concertados de la Unión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el FMI, el panorama económico en ese socio clave de inversión y comercio de América Latina (que representó 20 por ciento de las exportaciones e importaciones en 2012) se mantiene bajo. Luego de salir de la recesión en el segundo trimestre de 2013, el crecimiento en el tercero volvió a caer, lo que indujo al BCE a anunciar un sorpresivo recorte de tasas a principios de noviembre. Si bien esperamos que continúe la recuperación, con una tasa de crecimiento prevista de 0.9 por ciento en 2014 (contra una contracción de 0.5 en 2013), el proceso seguirá sujeto a retrocesos periódicos, lo cual afectará a América Latina con reducción de comercio, crédito, turismo e inversión.
Menor crecimiento en China
La reciente adopción de una nueva estrategia de desarrollo en China representa otro riesgo para América Latina en 2014, pues 12 por ciento de las exportaciones totales de la región fueron a ese país en 2012. La estrategia apunta a retirar algo de espuma de la economía china, sobre todo al acotar los créditos bancarios insensatos y dejar que la economía encuentre una tasa de crecimiento más natural, basada en el consumo interno más que en las exportaciones y la inversión. Prevemos que el crecimiento del PIB chino se desacelere de 7.7 en 2013 a 7.3 por ciento en 2014 y continúe bajando hasta un récord de 5.9 en 2018. Esta desaceleración reducirá en particular los vientos favorables que han disfrutado los exportadores sudamericanos de productos primarios de 2003 en adelante. Si bien no vislumbramos un colapso en los precios de estos bienes, los mercados emergentes ya no podrán gozar de las ganancias anuales acumulativas en términos de comercio experimentadas en años recientes.
El desafío de la competitividad
En el pasado reciente, el desempeño de América Latina ha sido inferior al de otras economías emergentes en términos de su tasa de crecimiento y potencial, y nuestro pronóstico sugiere que continuará así. Aunque esto refleja en particular las reducidas perspectivas de la región de alcanzar los niveles de ingresos de los países desarrollados, también es consecuencia de las desventajas estructurales que limitan la productividad y las tasas de crecimiento. Urgen reformas para simplificar los sistemas impositivos y ampliar la base de contribuyentes, sobre todo reduciendo la extendida informalidad.
Según la OCDE, el ingreso fiscal en América Latina totalizó 19.4 por ciento del PIB en 2010, contra un promedio de 33.8 entre los miembros de ese organismo. También depende demasiado de los impuestos indirectos, que son especialmente regresivos y adversos al fortalecimiento de los mercados internos en una región con altas tasas de pobreza, y de las exportaciones de productos primarios, lo que deja las finanzas públicas expuestas a turbulencias externas. Una mayor liberalización de los mercados (sobre todo mejorando la competencia en los mercados de bienes y servicios e incrementando la flexibilidad de los mercados laborales) dará impulso al ambiente de negocios e inversión en la región. La infraestructura subdesarrollada también es una restricción esencial a la capacidad regional de lograr un crecimiento sostenido; la inversión pública en ese renglón nunca se ha recuperado de los recortes sustanciales hechos en los programas de estabilización de la década de 1990, dadas las continuas limitaciones financieras. La calidad de la educación también es preocupante, como ilustra el más reciente Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés). México marca la pauta en la implementación de una agenda orientada a la competitividad, y esperamos que otros países lo sigan.
Resentimiento social
La frustración por la calidad de los servicios públicos y las fallas de gobernabilidad continuará propiciando inquietud social en la región, con implicaciones negativas para la efectividad política y la estabilidad. La corrupción en particular sigue siendo un asunto clave, como indica la clasificación de México, Paraguay y Venezuela entre los países más corruptos del mundo por Transparencia Internacional. Repetidos episodios de movilización social contra la corrupción y por mejores servicios ocurrieron en Brasil, México, Perú y Colombia en 2013, lo que exhibe una crisis de representatividad y disminución de la confianza en la clase política.
No cede la violencia
El crimen y la violencia rampante son una preocupación importante en varios países, en particular en México y las naciones centroamericanas y del Caribe. El Banco Interamericano de Desarrollo calcula que cada año se gasta el equivalente a 2 por ciento del PIB regional en combatir y prevenir el crimen. El narcotráfico parece ser la causa de raíz en la mayoría de los casos; el flujo de drogas a través de Centroamérica se ha elevado en forma dramática a partir de 2006, cuando el combate militar a los cárteles de la droga en México desplazó el tráfico a los países vecinos. A la luz de la evidencia de que las políticas de seguridad de línea dura no siempre han dado los resultados previstos, continuará el debate sobre cursos de acción diferentes o adicionales. Esto incluirá un enfoque en la prevención, pero también en la despenalización, en la que Uruguay marca la pauta, luego de una nueva ley que en 2013 legalizó la producción y consumo de mariguana a pequeña escala. La persistencia de las altas tasas de criminalidad continuará desalentando la inversión privada, elevando los costos de operación de las empresas y desviando el gasto gubernamental de otras necesidades sociales y económicas.
Economist Intelligence Unit
Traducción de textos: Jorge Anaya
En asociación con Infoestratégica